Un estudio realizado por IDC sugiere que la actual escasez de chips desaparecerá a mediados del próximo año.
La escasez de chips está afectando a todos los sectores. Sin chips no hay inteligencia artificial que valga ni dispositivos de IoT, por ejemplo. Su escasez se debe principalmente a los problemas de la cadena de suministro relacionados con la pandemia, las restricciones comerciales y la fuerte demanda.
Los dispositivos IoT siguen proliferando con rapidez, los vehículos conectados son cada vez más deseables, los smartphones con capacidad 5G están en demanda y las existencias de esas novedosas consolas de juegos se agotan incluso antes de llegar a las estanterías. Si se combina con la demanda mundial de ordenadores portátiles, televisores y todos los demás aparatos electrónicos que utilizamos a diario, no es de extrañar que la oferta tenga dificultades para seguir el ritmo.
Vuelta a la normalidad
A pesar de que la variante delta ha provocado otra oleada de casos de COVID-19, IDC informa de que las fundiciones de los chips siguen asignadas para el resto del año con una utilización de la capacidad de casi el 100%.
«La historia del contenido de los semiconductores está intacta y no sólo beneficia a las empresas de semiconductores, sino que el crecimiento del volumen de unidades en muchos de los mercados a los que sirven también seguirá impulsando un muy buen crecimiento para el mercado de los semiconductores», afirma Mario Morales, Vicepresidente del Grupo de Tecnologías de Habilitación y Semiconductores de IDC.
IDC espera un crecimiento del mercado de semiconductores del 17,3% este año, frente al 10,8% en 2020.
Se estima que los ingresos de los semiconductores para hogares inteligentes aumentarán un 21% y los de los wearables un 34%.
Los ingresos de los semiconductores 5G liderarán el crecimiento con un aumento previsto del 128%. Se espera que los ingresos por semiconductores para teléfonos móviles aumenten un 28,5% y las consolas de juegos un 34%.