Las smart cities tienen por delante una importante labor para lograr, mediante el uso de sistemas inteligentes, reducir el impacto urbano en el medio ambiente.
Los ecologistas apuntan a las zonas urbanas como una de las principales fuentes del cambio climático. Desde que las Naciones Unidas establecieron el Acuerdo de París en 2015, los países elaboran normas de emisión para diversas industrias. En las ciudades, los profesionales de la energía tratan de reducir los gases de efecto invernadero mediante el control de las emisiones operativas.
Las medidas de reducción de emisiones que tienen mayor impacto en los niveles de sostenibilidad global se producen en los edificios. Las estructuras de gran altura y alta densidad son las que más contaminación atmosférica producen en las ciudades, seguidas del sector del transporte. Los espacios urbanos sostenibles minimizan la contaminación generada por los edificios utilizando diversas tecnologías y características ecológicas.
Características principales de las ciudades sostenibles
Hay algunas características de las ciudades sostenibles que contribuyen a reducir las emisiones globales. La contaminación urbana directa procede de sistemas de calefacción como calderas y hornos. Los calentadores de agua y de espacios contribuyen a casi el 42% de las emisiones de carbono de la ciudad de Nueva York.
Las características de la red neta cero ayudan a minimizar la contaminación de la calefacción, la ventilación y el aire acondicionado (HVAC) mediante el uso de fuentes de energía renovables. Copenhague está abordando las emisiones de los edificios mediante la obtención de energía para la calefacción a partir de turbinas eólicas. Estos dispositivos producen cero emisiones al generar electricidad y pueden alimentar bombas de calor eléctricas.
Otra causa de las emisiones de los edificios son las fuentes de iluminación. Muchas personas construyen estructuras con acceso limitado a las ventanas, lo que dificulta el uso de la luz natural. Las ciudades sustituyen sus luces incandescentes por bombillas de diodos luminosos (LED) para reducir las emisiones.
Los LED son un 75% más eficientes energéticamente que otras bombillas del mercado. Disminuyen significativamente la dependencia de una ciudad de los combustibles fósiles, y duran casi 25 veces más, minimizando las emisiones de producción. Otra característica clave de las ciudades sostenibles es un sistema de transporte eficiente.
Las zonas urbanas pueden reducir las emisiones globales creando sistemas de transporte público accesibles. Algunas ciudades también están sustituyendo sus taxis de gasolina por versiones eléctricas para eliminar la contaminación del tubo de escape. Cuando las regiones adoptan estas características sostenibles, pueden contribuir a reducir los índices de emisiones.
Uso de la energía urbana y emisiones
La reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero es esencial porque la demanda de energía está aumentando en todo el mundo. La tasa de consumo actual aumentó casi un 2,1% desde 2017. A medida que las ciudades requieren más energía, pueden producir más emisiones de carbono. Una de las mejores maneras en que las ciudades pueden monitorear esto es a través de los proveedores de energía que tienen el análisis de las emisiones del ciclo de vida de los GEI para entender cómo serán sus emisiones en los próximos años.
Las tres primeras ciudades sostenibles se centran en los contaminantes atmosféricos para reducir los niveles de emisiones globales. Adelaida es una ciudad ecológica del sur de Australia que está adoptando una economía baja en carbono. La región tiene previsto reducir las emisiones de la calefacción, el alumbrado y el transporte para conseguir emisiones netas cero en 2050.
Copenhague es otra ciudad de bajas emisiones con objetivos climáticos similares. Han convertido el 10% de las oportunidades de empleo en puestos verdes. La ciudad también adoptó la bioenergía como principal fuente de energía para minimizar las emisiones y maximizar la eficiencia.