Una Inteligencia Artificial refuta cinco conjeturas matemáticas sin ayuda humana. Hasta ahora, los matemáticos pensaban que estas afirmaciones eran ciertas, porque no habían podido demostrar que fueran falsas.
Para obtener este resultado, Adam Zsolt Wagner, investigador especializado en aprendizaje automático, ha utilizado un algoritmo de aprendizaje automático. El objetivo, que buscara ejemplos que refutaran algunas conjeturas de la teoría de grafos. El programa que ha desarrollado es similar al del famoso AlphaZero de Deepmind. Este programa alcanzó un nivel de ajedrez sobre humano, sin ningún entrenamiento previo.
IA refuta cinco conjeturas de la teoría de los grafos
Entre las conjeturas desmontadas se encuentran una pregunta de los matemáticos Brualdi y Cao sobre la maximización de permanentes de patrones y varios problemas relacionados con los valores propios de adyacencia y distancia de los gráficos. El matemático Timothy Gowers, director de investigación en Cambridge, aseguró en una red social que el programa de Wagner puede resultar de gran ayuda para los investigadores matemáticos, ya que les permite comprobar sus conjeturas, de manera sencilla, antes de seguir adelante en sus formulaciones y cálculos.
«A veces los humanos carecen de creatividad para encontrar el contraejemplo de una conjetura. En cambio, los ordenadores, piensan de forma diferente y no están sujetos a los mismos límites de creatividad que nosotros«, ha asegurado Wagner al hablar el algoritmo que ha utilizado. Además, explica que el funcionamiento de su IA es sencillo. «Utiliza el juego como forma de aprendizaje. Lo primero que hace es formular una conjetura, después un jugador construye una gráfica y recibe una puntuación según lo cerca que esté de ser un contraejemplo. Luego, construye otra nueva figura y recibe una nueva puntuación y así sucesivamente«.
Después de varios días de aprendizaje, el algoritmo «ha encontrado una construcción que es mejor de lo que pensaban los humanos y, por lo tanto, refuta la conjetura«, asegura el investigador. Para Wagner «lo divertido de este método es que el programa empieza sin saber nada. Ha sido la magia del aprendizaje reforzado quien ha hecho el resto».