El cambio climático se está imponiendo como uno de los grandes retos de este siglo y se aprecia como cada vez más, las sociedades sienten una mayor preocupación por este tema. En España además cobra una especial relevancia debido a la alarmante situación de sequía que se arrastra desde hace años. Y es que según los últimos datos del boletín hidrológico del Ministerio para la Transición Ecológica, la reserva total de agua en los embalses peninsulares continúa a la baja y en la actualidad se sitúa en el 49,3%, un 42% menos que en la media de la última década.
Ante este escenario surgen nuevos avances tecnológicos como la Inteligencia Artificial. Y es que las capacidades de la IA también hacen que pueda ser una herramienta vital en la lucha contra el cambio climático y otros problemas ambientales. Es más, según la encuesta realizada por Entelgy, The Business Tech Consultancy, tres de cada cuatro españoles considera que la IA puede ayudar a la gestión eficiente del agua.[1] No solo eso, sino que además consideran que puede ser importante en otros ámbitos relacionados en la lucha contra la sequía como la mitigación de desastres naturales (26%) o la gestión de residuos (22%).
Y es que la sequía también supone un importante impacto en la economía del país, llegando a afectar sectores esenciales como el turismo o la agricultura, lo que deriva en un aumento significativo en los bienes de consumo y servicios. Es más, según un estudio realizado por Christian Aid, en 2023 la sequía le costó 45 euros a cada ciudadano español.
Pero, ¿cómo puede combatir la Inteligencia Artificial realmente la sequía? Esta herramienta está revolucionando y transformando la forma en la que se opera, incrementando el valor de los procesos y apoyando la mejora de eficiencias con soluciones avanzadas. A través de la combinación de la automatización de los procesos, la inteligencia de datos, la optimización de la operación y el desarrollo de software mediante IA se pueden impulsar nuevos niveles de eficiencia en la predicción y combate contra la sequía donde ya se están entrenando y aplicando modelos muy especializados. Por eso, como expertos en la materia, desde Entelgy señalan tres casos de uso en el que la Inteligencia Artificial puede hacer frente a esta problemática.
Predicción de sequía con antelación
Mediante modelos avanzados de Inteligencia Artificial se analizan grandes cantidades de datos históricos y actuales sobre el clima. Esto permite identificar patrones complejos y conexiones gracias a la capacidad de la IA para procesar datos de diferentes fuentes como la temperatura del mar, los niveles de humedad del suelo o patrones de precipitación. De esta forma se pueden predecir sequías con varios meses o incluso un año antes de que ocurran, aportando información útil para la toma de decisiones de agricultores, ganaderos y otros sectores, así como una mejor planificación de la resiliencia climática. Estos modelos de IA se están diseñando sobre capas de infraestructura cloud que entrega gran capacidad de computación avanzada para su procesamiento sobre GPUs.
Desarrollo de cultivos resistentes
La agricultura es uno de los sectores más castigados por la sequía, pero a través de herramientas basadas en Inteligencia Artificial los agricultores pueden desarrollar cultivos resistentes a la falta de agua. La IA es capaz de analizar conjuntos de datos de información genética e identificar genes asociados a la resistencia, así como simular las respuestas de los cultivos a condiciones ambientales variables. Además, mediante el procesamiento con IA de imágenes de satélites, el uso de drones y sensores terrestres controlados por IA en los campos se puede monitorear de forma continua la salud de los cultivos.
Optimizar el almacenamiento del agua
El almacenamiento es una de las etapas clave del ciclo del agua. A través de las nuevas tecnologías se puede conocer con precisión la capacidad de las reservas de agua y mejorar los servicios de abastecimiento y saneamiento de agua. Se pueden generar recomendaciones y la simulación de situaciones con modelos creados con inteligencia artificial que aprenden y mejoran continuamente con los datos recogidos, para maximizar la eficiencia en la gestión, proyectando estimaciones sobre la pérdidas de capacidad de servicio por ejemplo debidas a la evaporación. De esta forma, la IA puede ayudar a predecir la demanda de agua en una comunidad y ajustar su distribución en consecuencia, además de detectar fugas en las tuberías, así como detectar contaminantes y garantizar la calidad del agua potable.
No obstante, para alcanzar esos objetivos, es necesario una mayor concienciación e iniciativas. Y es que según el 50% de los encuestados por Entelgy, el mayor obstáculo para aprovechar la IA en la protección del medioambiente en España es la falta de conciencia y voluntad política y social.
“La sequía se ha vuelto un tema recurrente en los últimos años, en gran parte por las consecuencias sociales y económicas que tiene en España. Sin embargo, las nuevas tecnologías como la Inteligencia Artificial se muestran aliadas en su lucha. Estas innovaciones junto con la voluntad social y política, puede convertirse en la mejor arma para solucionar este problema”, afirma Jorge Herrero, Head of Technology & AI de Entelgy.