Desde hace tres décadas la sociedad se ha inmiscuido de lleno en la era de Internet de las Cosas y los dispositivos IoT se han convertido en algo esencial.
No hace tanto aunque parece que fue en otra vida cuando deseosos de experimentar con aquello que llamaban Internet pulsábamos un botón externo que emitía un ruido muy desagradable y que dejaba sin comunicación al resto de la familia. En realidad tan solo han pasado tres décadas, pero durante esos treinta años nos hemos inmiscuido de lleno en la era del Internet de las Cosas.
Los dispositivos IoT se han convertido en algo habitual en nuestras vidas y hasta los más pequeños de la familia los emplean con total naturalidad, pero ¿sabemos que es exactamente el Internet de las Cosas?
¿Qué son los dispositivos IoT?
La definición de IoT podría ser la agrupación e interconexión de dispositivos y objetos a través de una red (bien sea privada o Internet, la red de redes), dónde todos ellos podrían ser visibles e interaccionar. Respecto al tipo de objetos o dispositivos podrían ser cualquiera, desde sensores y dispositivos mecánicos hasta objetos cotidianos como pueden ser el frigorífico, el calzado o la ropa. Cualquier cosa que se pueda imaginar podría ser conectada a internet e interaccionar sin necesidad de la intervención humana.
Un dispositivo IoT consiste en un objeto al que se le ha dotado de conexión a Internet y cierta inteligencia software, sobre el que se pueden medir parámetros físicos o actuar remotamente y que por tanto permite generar un ecosistema de servicios alrededor del mismo. Para poner un ejemplo más práctico un frigorífico, una lavadora, un calentador o un termostato puede ser un dispositivo IoT.
¿Qué papel juegan los asistentes de voz?
Se trata de asistentes virtuales, muy útiles cuando el resto de las funciones están domotizadas, como: luces, persianas, sistemas de climatización o imagen y sonido.
El bajo coste de estos dispositivos ha abarcado a un mayor sector de la población y ha contribuido a la integración de la Inteligencia Artificial en nuestras vidas.
Algunos calculan que para 2025 habrá más de 21 mil millones de dispositivos IoT. Lo cierto es que sería imposible concebir una sociedad sin estas aplicaciones. Controlar y gestionar nuestros quehaceres al alcance de una orden es demasiado atractivo como para volver a imaginar nuestras vidas fuera de la era del Internet de las Cosas.