La creación de contenido mediante inteligencia artificial generativa, que emplea algoritmos para generar obras sin intervención humana a través de «redes neuronales generativas», ha suscitado recientemente una gran controversia: ¿qué pasa con los derechos de autor?
Esta tecnología se basa en el aprendizaje automático a partir de la información proporcionada por el usuario y el conocimiento previo con el que se ha entrenado la inteligencia artificial, que incluye diversos tipos de obras, datos y contenidos.
Recientes decisiones judiciales han arrojado luz sobre la cuestión de si las obras generadas exclusivamente por inteligencia artificial pueden ser protegidas por derechos de autor. La jueza de distrito de los Estados Unidos, Beryl Howell, respaldó la posición de la Oficina de Derechos de Autor de ese país al afirmar que las obras de arte creadas únicamente mediante inteligencia artificial no pueden recibir protección de derechos de autor. Esta decisión se basó en la idea de que la ley de derechos de autor no se aplica a obras generadas por tecnología sin intervención humana, ya que la creatividad humana es fundamental en la propiedad intelectual.
Propiedad intelectual y derechos de autor
Además, la Oficina de Derechos de Autor de los Estados Unidos canceló el registro de la propiedad intelectual de un cómic creado por inteligencia artificial, argumentando que los usuarios no son considerados autores de las obras generadas por IA, incluso si proporcionaron indicaciones para su creación.
En España y la Unión Europea, la jurisprudencia coincide en que la protección de derechos de autor requiere la intervención humana en la creación de una obra. La originalidad y creatividad se asocian con el ser humano, y la legislación establece que solo las contribuciones creativas de un autor pueden considerarse para la protección de derechos de autor.
La inteligencia artificial generativa se enfrenta a desafíos legales no solo en términos de autoría, sino también debido a demandas por infracciones de derechos de propiedad intelectual. Autores en los Estados Unidos han demandado a OpenAI por utilizar sus libros como material de entrenamiento sin su consentimiento.
Uso de la IA generativa
Además, surge la cuestión de si el uso de la inteligencia artificial generativa, entrenada con obras de terceros, sin el permiso de los autores originales, podría considerarse ilegal y si las obras generadas por IA podrían ser consideradas como obras derivadas de obras preexistentes.
La legislación actual parece quedarse rezagada frente a los avances tecnológicos, lo que plantea la necesidad de revisar y actualizar las leyes de propiedad intelectual para abordar la protección de obras creadas por inteligencia artificial. La Unión Europea está trabajando en una legislación sobre inteligencia artificial que podría abordar estas preocupaciones y establecer reglas claras para el uso de tecnologías de IA.
En resumen, la relación entre la creatividad humana y la inteligencia artificial en el contexto de los derechos de autor plantea desafíos legales importantes que requieren una atención cuidadosa y una posible reforma legislativa.