Surgen iniciativas en todo el mundo que emplean el análisis de datos para identificar puntos conflictivos y ayudar a los usuarios a evitarlos.
El Big Data, el uso de técnicas informáticas avanzadas, como el aprendizaje automático, para analizar cantidades masivas de datos, está demostrando continuamente sus beneficios en los campos científicos y en el mundo empresarial, ya que produce nuevos conocimientos.
La mayoría de la sociedad ya está familiarizada con estos avances en el ámbito de la medicina; ya que abarcan desde el diagnóstico de enfermedades hasta el seguimiento y la reducción de la propagación de la Covid-19.
Y, sin embargo, estos desarrollos no están exentos de inconvenientes. Existe una creciente preocupación de que el uso indebido de técnicas de big data pueda exacerbar las tensiones sociales, y algunos critican el desarrollo de algoritmos relacionándolos con prejuicios raciales, por ejemplo. No obstante, también podría servir el uso del Big Data para prevenir la violencia.
Los casos recurrentes de violencia en muchos países son una gran preocupación para la paz y obstaculizan los esfuerzos mundiales hacia el desarrollo sostenible, atrapando a las poblaciones en un ciclo de empobrecimiento y desestabilización que se perpetúa a sí mismo.
Este es un serio desafío para varios países africanos en particular. Sería extremadamente valioso hacer mejores predicciones de este tipo de violencia y permitiría realizar esfuerzos de prevención más eficaces.
Predicciones de alta resolución
Los investigadores detrás del proyecto ViEWS han comenzado a integrar el aprendizaje automático en la creación de predicciones de alta resolución para la violencia política en África, con hasta 36 meses de anticipación. Con resultados iniciales prometedores, este sistema de alerta temprana es un comienzo importante en los intentos de aumentar nuestro conocimiento sobre dónde y cuándo ocurrirá dicho conflicto y, por lo tanto, interrumpir los ciclos de violencia.
Por otro lado, han surgido otras iniciativas relacionadas con la prevención de la violencia. Una de ellas es Safecity, una iniciativa que utiliza big data para crear mapas que identifican puntos de asalto. Esto resulta útil para ayudar a las personas a evitar áreas donde sus posibilidades de ser agredidas podrían ser mayores. Del mismo modo, HarassMap utiliza datos georreferenciados y de colaboración colectiva para resaltar dónde se han producido las agresiones, aumentando la conciencia pública y reduciendo así los espacios donde pueden tener lugar dichas agresiones.