Científicos de Cambridge afirman que un robot es capaz de «degustar» y comprobar si el equilibrio de sabores es el adecuado.

Los robots culinarios están aquí. No sólo para distinguir entre la comida que sabe bien y la que no, sino también para convertirse en mejores cocineros.

Un robot cocinero diseñado por investigadores de la Universidad de Cambridge ha sido entrenado para probar el grado de salinidad de un plato y la miríada de ingredientes en las distintas fases de la masticación, un proceso que imita el de los humanos.

Se trata de un paso más allá de las pruebas electrónicas actuales, que sólo proporcionan una instantánea de la salinidad de un alimento. Los investigadores afirman que la reproducción del proceso humano debería dar lugar a un producto final más sabroso.

«Si los robots van a utilizarse para ciertos aspectos de la preparación de alimentos, es importante que sean capaces de ‘saborear’ lo que están cocinando», afirma Grzegorz Sochacki, uno de los investigadores, del departamento de ingeniería de Cambridge.

Según los investigadores, el concepto de degustar sobre la marcha -comprobar si el equilibrio de sabores es el adecuado en el proceso de cocción de un plato- es un enfoque fundamental, ya que la percepción humana del gusto se basa en la saliva producida durante la masticación y en las enzimas digestivas para decidir si la comida es agradable o no.

Degustar tortillas

Para mapear el gusto humano, los investigadores entrenaron al robot cocinero para que hiciera tortillas. A continuación, probó nueve variaciones de huevos revueltos y tomates en tres fases del proceso de masticación. Un sensor de salinidad colocado en el brazo del robot proporcionó lecturas mientras éste preparaba los platos. Para imitar el progreso de la masticación, el equipo mezcló la mezcla de huevos e hizo que el robot volviera a probar el plato.

Sochacki afirma que puede hacer mucho más que decir que un plato está demasiado salado o no lo suficientemente salado; por ejemplo, es capaz de decidir si se necesita más mezcla u otros ingredientes.

«Al final se trata de un solo sensor que no podría hacer dos ingredientes diferentes normalmente», dijo Sochacki a la BBC. «Pero gracias a la masticación, vemos todos los diferentes cambios a través del procesamiento mecánico».

Los brazos robóticos eran similares a los de una fábrica de coches, explicó Sochacki al programa Today de Radio 4, pero se hicieron más pequeños y asequibles para poder utilizarlos en diversas cocinas, como las de las cadenas de restaurantes.

¿Podría cocinar también un robot?

Pero, ¿podría el robot ayudar también a cocinar en casa? «Sin duda es posible, pero para eso faltan probablemente algunos años», afirma Sochacki.

De cara al futuro, los investigadores esperan enseñar al robot a adaptarse a los gustos de cada persona -por ejemplo, si prefiere la comida dulce o aceitosa- y convertirse en una parte esencial de los hogares.

El Dr. Muhammad Chughtai, científico del fabricante de electrodomésticos Beko, que trabajó con los investigadores de la Universidad de Cambridge, cree que la tecnología desempeñará un papel importante en los hogares en el futuro.

«Este resultado es un salto adelante en la cocina robótica, y mediante el uso de algoritmos de aprendizaje automático y profundo, la masticación ayudará a los chefs robóticos a ajustar el sabor para diferentes platos y usuarios», dijo.