Ante los desafíos del cambio climático, la Inteligencia Artificial (IA) surge como alternativa en favor de la sustentabilidad, y Puerto Rico ya es escenario de un estudio que utiliza sistemas informáticos para evaluar la condición de los bosques y cuánto tardan en recuperarse de huracanes cada vez más intensos.
Hace poco menos de un año, la profesora María Uriarte, investigadora principal del Departamento de Ecología, Evolución y Biología Medioambiental de la Universidad de Columbia en Nueva York, inició su investigación en la isla, tras recibir una subvención del programa AI for Earth de la compañía Microsoft. En el proyecto, también participa la profesora Tian Zheng, del Departamento de Estadísticas de Columbia.
Al obtener la subvención, Microsoft puso su nube y herramientas de inteligencia artificial –o inteligencia exhibida por máquinas– a disposición de las expertas, que realizan una inspección ecológica virtual enfocada, por el momento, en dos especies arbóreas: palma de sierra y yagrumo.
“Siempre nos ha interesado entender cómo los ecosistemas en Puerto Rico, especialmente los bosques, se recuperan de los huracanes, pero ahora nos interesa saber qué efecto tiene esto a largo plazo. Si la nueva normativa es que los huracanes van a ser más fuertes, ¿qué significa para los bosques en términos de composición? ¿Habrá algunas especies más dominantes que otras? Queremos saber ese tipo de dinámica”, dijo Uriarte a El Nuevo Día.
Sostuvo que las respuestas a sus preguntas pueden obtenerse de dos maneras. La primera, que es la más convencional, es esperar a que el tiempo pase y ver cómo el bosque cambia, con la desventaja de que los resultados recogerán la perspectiva de un solo lugar.
La segunda forma, que es la que promueve en su estudio, es utilizar las herramientas de inteligencia artificial para determinar, por ejemplo, si las áreas que ya fueron impactadas por huracanes tienen más especies arbóreas resistentes a ciclones que las menos afectadas.
“Podemos usar inteligencia artificial con fotografía. A simple vista, es bien difícil reconocer especies en una fotografía, pero la inteligencia artificial nos ayuda a discernir. Eso es lo que hace el algoritmo; le decimos qué es una palma de sierra y le damos miles de fotografías para que descifre. Un proceso que a mano puede demorar meses, el algoritmo lo hace en cuestión de días”, explicó.
Al momento, de la investigación se desprende que el algoritmo utilizado por Uriarte y Zheng tiene un desempeño superior al ojo humano, en términos de rapidez y precisión, identificando ambas especies en las fotografías.
“Una vez tengamos todos los datos procesados, podemos empezar a ver la huella de los huracanes en el paisaje”, sostuvo Uriarte, quien estudia los bosques en Puerto Rico hace 18 años.