Desde que la inteligencia artificial ha irrumpido en el panorama empresarial, son muchos los que temen que la automatización les haga perder sus puestos de trabajo. Nada más lejos de la realidad. La IA se presenta como un aliado que se encarga de automatizar los procesos más mecánicos y aburridos, para que las personas se centren en la parte más humana. Eduard Teixidó, Fundador de Opground, explica que “el objetivo es no enfrentarnos en el mismo terreno. Podemos ser las dos caras de una moneda, la automatización con IA y las conexiones humanas. Son dos mundos distintos que deben convivir y no se trata de competir con la IA, sino de aprovecharla”.
Según las estadísticas, el 80% del tiempo de un proceso de selección se dedica a esa primera fase de filtrar el talento, leer curriculums y hacer llamadas para analizar si merece la pena conocer a esa candidato y ver si encaja. “Es un proceso muy repetitivo que, de hecho, en muchas ocasiones, se realiza a través de herramientas de key words. Las personas se deberían centrar en la posterior evaluación y en conocer a los candidatos, dedicando tiempo a las personas adecuadas. Gracias a la IA sabes de forma más fácil y eficiente a qué candidatos debes conocer y puedes centrarte mucho más en ellos, consiguiendo que la relación entre talento y empresa sea lo más fluida posible”, en palabras de Eduard. Además, dedicar demasiado tiempo a esa primera parte del proceso provoca problemas, como que no llegues a los candidatos de manera sincronizada, lo que complica mucho la decisión.
Posteriormente, hay una segunda fase en la que los recruiters se aseguran de que la primera selección es correcta, incluyendo la evaluación con pruebas técnicas, de softskills, etc. De hecho, “la forma más eficiente de contratar es centrarse más en las capacidades que en los conocimientos. ¿Qué es capaz de hacer el candidato? ¿Hacia dónde va su potencial? Hay que invertir tiempo en saber qué hay detrás de cada curriculum, con una parte muy importante de sensaciones humanas”, explica Eduard.
Es así como la tecnología se presenta como un elemento humanizador en el ámbito de los recursos humanos, permitiendo que la inteligencia artificial automatice las tareas más repetitivas y tediosas. Los profesionales de RRHH tienen la oportunidad de concentrarse en la evaluación profunda y personalizada de los candidatos. La IA ayuda no solo a optimizar el proceso de selección, sino que también a humanizar la relación entre el talento y la empresa, haciendo que las decisiones de contratación sean más acertadas y humanas.