Así se desprende del «Libro blanco sobre la Inteligencia Artificial aplicada a la Educación y también a la Lengua», impulsado por el Centre of Innovation for Data Tech and Artificial Intelligence (CIDAI).
La publicación, que ha sido elaborada por expertos en ámbitos pedagógicos y tecnológicos del grupo
IDEAI-UPC, de Eurecat y de los departamentos de Educación y Cultura de la Generalitat de Catalunya, con la valiosa contribución de una veintena de profesionales del sector, identifica acciones para fomentar la adopción de la IA en el sector educativo.
Según el director general de Innovación, Economía Digital y Emprendimiento de la Generalitat de Catalunya, Lluís Juncà i Pujol, “este Libro Blanco recoge el abanico de oportunidades que abren las tecnologías basadas en los datos y la IA para la transformación de los sectores de la educación y de la lengua. Será una herramienta muy útil para analizar la aplicabilidad de la IA para dar respuesta a los principales retos en estos ámbitos a corto y medio plazo”.
“La IA va mucho más allá del ChatGPT y de la Inteligencia Artificial Generativa. Debemos saber utilizarla para mejorar los aprendizajes de nuestro alumnado, la labor profesional de los docentes y la toma de decisiones en la política educativa, mediante la personalización de los aprendizajes, la mejora de la evaluación o la detección de patrones que permitan planificar acciones de mejora”, explica el subdirector general de Investigación y Cultura Digital de la Generalitat de Catalunya, Jordi Serarols.
IA para mejorar la experiencia educativa
El documento identifica tendencias tecnológicas como las herramientas de personalización, gamificación e inmersión para mejorar la experiencia educativa, o las capacidades de formación
online, híbrida, continuada, competencial y activa, para dar respuesta a los principales retos del
sector educativo, entre los cuales señala el uso de la tecnología como herramienta en favor de la
educación, la adaptación del modelo de enseñanza a las necesidades del futuro, la reducción del
abandono escolar, las estrategias de evaluación, la necesidad de detectar el fraude provocado por el
uso de herramientas como el ChatGPT, y la privacidad y seguridad de los datos.
El libro blanco indica que la Inteligencia Artificial puede convertirse en un factor de transformación de la educación siempre que se utilice para favorecer el proceso pedagógico. Por lo que respecta al contexto del aula, estas tecnologías permiten la personalización de la educación, el trabajo en equipo, la detección de dificultades en el aprendizaje o el desarrollo de material adaptativo.
Aprendizaje interactivo e inmersivo
En relación al alumnado, son herramientas que facilitan la programación con asistentes y recordatorios y que ofrecen sistemas de tutoría inteligente o de aprendizaje interactivo e inmersivo a
través de la realidad aumentada y los entornos virtuales de simulación y, para el profesorado, aportan soluciones de ayuda a la organización, automatización de tareas repetitivas o de generación de contenido educativo atractivo, así como para el seguimiento de los alumnos.
Por último, las tecnologías de datos e IA incluyen aplicaciones para la gestión de los centros educativos y herramientas de análisis para la toma de decisiones, a la vez que pueden potenciar la
investigación educativa y ayudar a prevenir el fracaso escolar.
El documento también muestra la necesidad de impulsar la confianza de los usuarios en estas
tecnologías; fomentar la investigación y la innovación público-privada y la colaboración para la
compartición de datos de educación; alinear la normativa y regulaciones en las diferentes
administraciones, y proporcionar entornos de pruebas para validar las soluciones disponibles.