Después, los investigadores Alfonso Rodríguez-Patón y Elena Núñez Berrueco, de la UPM, utilizaron los datos recopilados para construir un modelo de aprendizaje automático. Su algoritmo es capaz de predecir la capacidad infectiva de cualquier variante tras aprender los patrones de las cien variantes analizadas experimentalmente. Al centrar el foco en las variantes más interesantes,  descubrieron que hay pequeños grupos de efectores que son esenciales en cualquier circunstancia. Esto significa que cuando se eliminan o bloquean, las bacterias no infectan, lo que supone un camino prometedor para futuros tratamientos.