Las empresas ya utilizan herramientas basadas en la inteligencia artificial para hacer una selección de los mejores portfolios.
El uso de la inteligencia artificial en la vida cotidiana ya no es algo tan lejano como creíamos hace años. La tecnología ha evolucionado de tal manera que prácticamente todo lo que nos rodea emplea la IA. Ya no solo se utiliza en casa, sino que cada vez es más frecuente su empleo en la oficina y en la gestión de portfolios y proyectos. De hecho, ya hay empresas que recurren a la inteligencia artificial para seleccionar los mejores portfolios y tener entre su equipo a los mejores profesionales.
La IA se basa en algoritmos que pueden analizar grandes volúmenes de datos, reconocer patrones de información y tomar decisiones complejas partiendo de esa información. Es fácil encontrarse con la inteligencia artificial en la vida cotidiana, por ejemplo, en aplicaciones de fitness, que analizan datos sobre las funciones corporales para crear un plan de entrenamiento personalizado, o en los sistemas como el piloto automático de los vehículos, que se adaptan al estilo de conducción de un individuo.
Las previsiones en el marco de la IA son asombrosas. La consultora McKinsey prevé que la inteligencia artificial cambiará la sociedad «diez veces más rápido» que la Revolución Industrial. La explicación es sencilla, se cree que la IA hará que muchas empresas sean más productivas, creativas y flexibles, además de más rápidas, lo que ayudará a reducir los costos.
Escoger el mejor portfolio
Un portfolio proporciona una evidencia tangible a los empleadores potenciales de los logros, habilidades y destrezas del candidato. Muestra el alcance y la calidad de su experiencia y formación.
En la mayoría de los campos creativos, incluidos la redacción, el diseño web, el diseño gráfico, la publicidad, la fotografía y la videografía, se requiere un portafolio para poder conseguir un trabajo. Y es que si se opta a un trabajo creativo el empleador querrá revisar y evaluar el background del candidato antes de tomar o no una decisión.
En otros ámbitos más técnicos en los que no se suele requerir un portfolio, aportar uno sigue siendo una forma de destacar. En este sentido se pueden incluir presentaciones e imágenes o muestras de proyectos que haya realizado el usuario, siempre que la información no sea confidencial.
Las empresas a la hora de escoger el mejor portfolio se basan en los trabajos anteriores que haya realizado el candidato, buscan que éste sea creativo, ordenado, que aporte ideas disruptivas y que encaje bien en el perfil profesional que buscan. En estos casos se sirven de herramientas de IA para seleccionar a los mejores candidatos a los que desean entrevistar.