Investigadores consiguen averiguar la estructura de las proteínas utilizando un algoritmo de inteligencia artificial que podría revolucionar la investigación médica.
La inteligencia artificial está siendo de gran ayuda en el ámbito científico. Tal es el caso que diversos investigadores se han dado cuenta de que podían usarla para tratar de resolver un reto científico que lleva 50 años sin respuesta. Y parece que la mezcla de algoritmos y de aprendizaje automático les ha dado la clave.
En concreto, los investigadores intentaban averiguar la estructura de las proteínas que podría revolucionar la investigación médica. Detallan que dentro de cada célula hay miles de proteínas, a través de ellas el ser humano se mantiene vivo. Lo mismo sucede en el mundo animal y en las plantas. La forma en la que actúan las proteínas está relacionada con las enfermedades, incluida la Covid-19.
Durante medio siglo, los científicos han tratado de buscar el método más rápido y preciso que les permitiera descubrir cualquier forma de proteína. Hasta ahora, la búsqueda no había tenido éxito.
Emplean el ‘AlphaFold’
No obstante, recientemente, en el 14º Experimento Comunitario de Evaluación Crítica de Técnicas de Predicción de la Estructura de las Proteínas (CASP14, por sus siglas en inglés) han anunciado que se ha encontrado una solución para el desafío utilizando la inteligencia artificial.
Para ello están utilizando un programa de inteligencia artificial llamado ‘AlphaFold’. Dicho programa lo ha creado el laboratorio de inteligencia artificial DeepMind. El software ha demostrado ser capaz de determinar la forma de muchas proteínas y en menor tiempo.
El hallazgo se ha conseguido a través del grupo CASP14. En él participan el doctor John Moult, de la Universidad de Maryland, en Estados Unidos; los doctores Krzysztof Fidelis y Andriy Kryshtafovych, de la Universidad de California Davis; el doctor Torsten Schwede, de la Universidad de Basilea y Instituto Suizo de Bioinformática SIB, en Suiza, y la doctora Maya Topf, Universidad de Londres, en Reino Unido, y del Centro de Biología de Sistemas Estructurales de Hamburgo, en Alemania.