Existen muchas definiciones para el termino IoT, internet de las cosas o internet of things, y una de ellas puede ser la de objetos o dispositivos conectados entre sí, y que son capaces de recibir y transferir datos sin la intervención humana.
Estos objetos o dispositivos pueden ser sensores, wearables (dispositivos electrónicos que podemos vestir y con los que interactuamos), electrodomésticos inteligentes con conexión a internet, máquinas dispensadoras de productos, vehículos que están conectados a internet y una multitud de objetos más.
Como todos sabemos, internet ha evolucionado de una manera vertiginosa en los últimos años y a día de hoy no somos conscientes del impacto que el IoT va a tener en nuestras vidas en muy poco tiempo. El IoT ha venido para quedarse y formará parte esencial de nuestro día a día en muy pocos años, ya todos los dispositivos, sensores y máquinas estarán interconectados y nos ofrecerán un ecosistema digital sobre el que poder actuar y tomar decisiones.
Si nos preguntamos que puede aportar el IoT a nuestra empresa, las respuestas son muy variadas e interesantes; ventajas competitivas y valor añadido, eficiencia en procesos gracias a la información que se dispone en tiempo real, creación de nuevos modelos de negocio y conocimiento más profundo de los clientes mediante soluciones de marketing de proximidad, entre otras.
En cuanto a los beneficios que nos puede reportar la implantación de una solución IoT en nuestra empresa, podemos afirmar que mejorará la eficiencia y reducirá los costes de los procesos productivos, podremos interactuar con sensores y dispositivos complejos que nos ofrecerán la visualización de datos en tiempo real para poder tomar decisiones que en otros casos tardaríamos días o semanas en ejecutar, nos permitirán mejorar el servicio al cliente, la experiencia de usuario e incrementar las oportunidades de negocio.
Internet de las cosas tiene multitud de usos y aplicaciones, y los más relevantes son los siguientes:
- Logística: se puede fácilmente monitorizar los vehículos y las mercancías que van en ellos, pudiendo geolocalizarlos y posteriormente utilizar esa información para mejorar las rutas de reparto.
- Domótica: se pueden automatizar ciertos servicios (agua, calefacción, electricidad…) conectando dispositivos en los electrodomésticos y en otros aparatos como cerraduras y termostatos, para así mejorar la eficiencia energética en hogares y edificios.
- Mejora de los procesos productivos, aumentado la fiabilidad y robustez de los productos obtenidos, y mejorando la trazabilidad de los productos fabricados.
- Agricultura y ganadería: se utilizan dispositivos IoT para optimizar procesos y tiempos, predecir posibles fallos en la maquinaria, controlar el ganado e incluso podemos analizar la tierra y los datos meteorológicos.
- Seguridad: control mediante sensores de presencia y de detección temprana de amenazas, y así poder garantizar la seguridad de hogares y edificios.
- Medicina: en esta área las aplicaciones son múltiples y, algunas de las más relevantes, son la recopilación y gestión de datos para prevenir enfermedades en pacientes, mejorar los protocolos de actuación en las urgencias y poder monitorizar pacientes en el hospital y en sus propias casas.
En cuanto a la tecnología a implementar en una solución IoT es muy amplia y diversa, y cada día surgen dispositivos que hacen posible ponerlas en marcha. La información proviene de los sensores, y en cualquier solución IoT el procesador y la plataforma gestionan dicha información. Dos plataformas electrónicas y open-source muy introducidas en el mercado son Arduino y Raspberry Pi, tienen un coste muy competitivo y son bastante similares en funcionalidades y composición, las dos tienen memoria, las dos presentan entradas y salidas, y con las dos se puede sensorizar o actuar sobre otros dispositivos.
Los protocolos de comunicación son clave para que los dispositivos “se hablen” entre ellos, y los protocolos tradicionales y sus mejoras inminentes van a jugar un papel muy importante en el mundo IOT. Existen nuevos protocolos que han sido ideados pensando en el IoT, y en la comunicación de objetos entre ellos y a corta distancia, como pueden ser Zigbee y WIFI, sin olvidar Bluetooth 4.0 que está pensado para ser implementado en sistemas con baterías muy pequeñas.
Reseñar que cada fabricante tiene sus propios protocolos de comunicación y esto hace que no todos los dispositivos sean compatibles. Se ha intentado consolidar un protocolo abierto y estándar llamado MQTT (Message Queuing Telemetry Transport), que permite que todos los fabricantes puedan soportarlo, y facilitar así la comunicación entre distintos dispositivos de diferentes fabricantes.
Otro ejemplo muy conocido para implantar una solución IoT serían las redes 3G, 4G o la inminente 5G, gracias a las cuales el alcance es mayor. Adicionalmente, existen otro tipo de redes específicas para IoT cómo puede ser Sigfox o LoRa, pero su despliegue a día de hoy no es muy extenso.
Una pregunta muy común y planteada por muchos clientes es la siguiente: ¿Cómo comienzo a utilizar IoT? Siempre es importante plantearte al menos las siguientes cuestiones, que no son sinónimo de éxito asegurado, pero al menos te ayudarán a no dar pasos en falso. A continuación, exponemos nuestro planteamiento preliminar:
- Identificar una necesidad en tu empresa, en tu producto o servicio.
- Analizar si implementando una solución IoT se podrá cubrir/solucionar la necesidad identificada.
- Revisar el ecosistema digital y tecnológico de tu organización, y evaluar si existe tecnología sobre la que nos podemos apoyar en un primer momento.
- Prototipa tu solución y realiza un modelo escalable para evaluar el impacto de la solución. Con un prototipo en pleno funcionamiento y tras certificar su viabilidad, es el momento de trabajar para ponerlo en producción.
A partir de aquí te toca mover ficha, ya que internet de las cosas ha venido para quedarse y en pocos años formará parte activa de nuestras vidas.