Considerando que son apenas poco más de 70 años desde sus cimientos y apenas nueve años (2012) desde su expansión a nivel mundial, la Inteligencia Artificial sin duda alguna ha crecido a pasos agigantados.
Habiendo tenido sus inicios en 1950 con la pregunta sobre la capacidad de pensamiento de las máquinas, publicada en la revista Mind por el padre de la computación, Alan Turing, la Inteligencia Artificial (IA) ha evolucionado desde entonces a un ritmo acelerado, siendo hoy en día una de las tecnologías más ampliamente utilizadas por la población a nivel mundial.
La Inteligencia Artificial fue ideada en un principio para servir a la sociedad como herramienta de mejora de los distintos procesos a los que las personas se enfrentan día con día, partiendo de un estudio y aprendizaje previos sobre los humanos, recopilando y procesando datos que posteriormente han servido para su implementación dentro del mercado de consumo.
Hoy en día el desarrollo de la Inteligencia Artificial ha llegado a tal punto que es casi imposible vivir el día a día sin la ayuda de esta, estando presente hasta en objetos tan cotidianos como lo son los móviles y es gracias a esto que cosas tan simples como el texto predictivo del teclado o la ayuda de un asistente de voz, como Google o Siri, son posibles.
Big Data, factor clave
Se dice que el lenguaje es la clave del conocimiento y es esta premisa sobre la que podría decirse que se basa la Inteligencia Artificial, pues como se ha mencionado, se requiere de una recopilación y procesamiento de datos que producirán el conocimiento necesario para el desarrollo de productos que tengan como base esta tecnología.
Es aquí en donde entra el Big Data, el análisis masivo de datos en el que se incluye una enorme cantidad de información que de otra forma sería imposible de procesar por los humanos, puesto que estos flujos parten de diversas fuentes, como el correo electrónico, las búsquedas en la web, el GPS, sensores de reconocimiento facial o dactilar, entre otros por mencionar algunos ejemplos.
Todos estos datos en conjunto permiten conocer mejor distintas tendencias de comportamiento llevadas a cabo por los humanos, que al ser almacenados y posteriormente tratados, permiten una mejor toma de decisiones empresariales enfocadas en el desarrollo y mejora de diversos productos que son puestos a disposición para su consumo con distintos fines.
La industria del entretenimiento es una de las que mejor ha sabido aprovechar este gran conjunto de información, siendo el online gaming el que ha demostrado cómo la correcta aplicación del Big Data y la Inteligencia Artificial puede beneficiar una industria, y es que es gracias a este procesamiento de datos que es posible crear juegos tan populares como Minecraft y como el reciente No Man’s Sky y algunos en donde la IA juega un rol muy importante al momento de generar los mundos a medida que se va jugando.
De la misma manera, algunas otras ofertas de entretenimiento han sido generadas a partir de la detección de gustos y tendencias utilizando estas técnicas, siendo el estilo futurista uno de los más preferidos en los últimos meses, razón por la cual el casino en vivo en William Hill se ha encontrado dentro de las preferencias de aquellos quienes suelen jugar dentro de esta categoría, puesto que con juegos como el Quantum ruleta han podido combinar la modernidad de un escenario virtual futurista con lo real de un presentador de carne y hueso, ofreciendo una de las mejores experiencias dentro de esta categoría.
Mientras pareciera que la gran mayoría de productos que son generados hoy en día responden a un simple juego de adivinanza por los gustos del consumidor, no se trata de nada más que de una simple recopilación y correcto análisis de los datos que son arrojados por los distintos usuarios al momento de navegar por la web, resultando entonces en uno de los más claros ejemplos de cómo la el desarrollo tecnológico puede beneficiar a las personas.