Idean un sistema robótico de cuatro patas para jugar al fútbol en distintas superficies

«DribbleBot» puede maniobrar un balón de fútbol en terrenos como arena, grava, barro y nieve, utilizando el aprendizaje por refuerzo para adaptarse a la dinámica variable del balón.

Investigadores del Improbable Artificial Intelligence Lab del MIT, que forma parte del Computer Science and Artificial Intelligence Laboratory (CSAIL), han desarrollado un sistema robótico con piernas que puede regatear un balón de fútbol en las mismas condiciones que los humanos.

El robot utilizó una combinación de sensores e informática a bordo para atravesar distintos terrenos naturales, como arena, grava, barro y nieve, y adaptarse a su variado impacto en el movimiento del balón. Como todo atleta comprometido, «DribbleBot» podía levantarse y recuperar el balón tras una caída.

La programación de robots para jugar al fútbol es un área de investigación activa desde hace tiempo. Sin embargo, el equipo quería aprender automáticamente a accionar las piernas durante el regate para descubrir habilidades difíciles de programar en terrenos tan diversos como la nieve, la grava, la arena, la hierba o el asfalto. La simulación.

El robot, el balón y el terreno están dentro de la simulación, un gemelo digital del mundo natural. Puedes cargar el robot y otros elementos y establecer los parámetros físicos, y a partir de ahí se encarga de la simulación de la dinámica. Cuatro mil versiones del robot se simulan en paralelo en tiempo real, lo que permite recoger datos 4.000 veces más rápido que con un solo robot. Son muchos datos.

En comparación con caminar solo, regatear un balón de fútbol impone más restricciones al movimiento de DribbleBot y a los terrenos que puede atravesar. El robot debe adaptar su locomoción para aplicar fuerzas al balón que regatea. La interacción entre el balón y el paisaje puede ser diferente de la interacción entre el robot y el paisaje, como la hierba espesa o el pavimento. Por ejemplo, un balón de fútbol experimentará una fuerza de arrastre en la hierba que no está presente en el pavimento, y una pendiente aplicará una fuerza de aceleración, cambiando la trayectoria típica del balón. Sin embargo, la capacidad del robot para atravesar distintos terrenos suele verse menos afectada por estas diferencias de dinámica -siempre que no resbale-, por lo que la prueba de fútbol puede ser sensible a variaciones del terreno que la locomoción por sí sola no.

 

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