La Inteligencia Artificial está revolucionando el mundo de los negocios y la sociedad en general. Sin embargo, se encuentra en una etapa incipiente, con la mayor parte de su potencial por desplegar. La Cátedra de Industria Conectada nace para profundizar en un sector que está cambiando la sociedad.
Es el momento de reflexionar sobre los cambios derivados de la aplicación masiva de técnicas de Inteligencia Artificial. Además, es importante hacerlo desde el mayor número de puntos de vista posibles, tomando en consideración no sólo la perspectiva técnica, sino también las valiosas aportaciones que pueden venir de las disciplinas de Humanidades. El Director de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería ICAI y Director de la Cátedra de Industria Conectada Mariano Ventosa ha atendido a Big Data Magazine para sacarnos de dudas sobre los motivos y objetivos de la cátedra que dirige.
Big Data Magazine: ¿Qué es la Cátedra de Industria Conectada?
Mariano Ventosa: Antes de hablar de la cátedra, me gustaría decir algo sobre su nombre y lo que significa. El concepto de Industria Conectada o de Industria 4.0 genera excelentes oportunidades de mejora en muchas dimensiones: plantas industriales más inteligentes y sostenibles, con cadenas de producción adaptables a las necesidades y a los procesos de producción, mejor comunicadas entre sí y con los proveedores y clientes; y en general descubre nuevas oportunidades de negocio en todos los sectores. Por ejemplo, el Internet de las cosas IoT y los sistemas ciberfísicos facilitan una asignación más eficaz de los recursos materiales y humanos, con un fluido y seguro intercambio de información entre todos ellos, abriendo así la vía a esta nueva revolución industrial.
Esta revolución está produciendo una aceleración en el ritmo de los cambios lo que parece que nos conduce a un cambio de paradigma, y como suele ocurrir en estas situaciones, se abre una gran distancia entre el “qué se quiere conseguir” y el “cómo se puede hacer”. Es decir, las herramientas, productos y servicios para resolver el problema se han identificado antes de estar el enunciado del problema suficientemente definido, es decir, antes de saber “qué se quiere conseguir”.
En este contexto, la Escuela Técnica Superior de Ingeniería (ICAI) de la Universidad Pontificia Comillas, con la colaboración de un grupo de relevantes empresas industriales y tecnológicas, ha considerado oportuno crear la Cátedra en Industria Conectada, constituyéndola en un ámbito privilegiado desde el cual tratar de dar coherencia a los estudios, desarrollos, acciones formativas y de divulgación que faciliten la transformación digital de la industria española.
BDM: ¿Quiénes son los impulsores de esta iniciativa y qué objetivos persiguen?
MV: Esta cátedra nace del acuerdo entre ICAI y diez empresas líderes en sus respectivos sectores, siete son industriales (Acerinox, DS Smith, Enagás, Endesa, Gestamp, Grupo Antolin y Pladur Gypsum) y tres tecnológicas (ABB, IBM e Indra).
Los principales objetivos perseguidos por los promotores de la cátedra son por un lado constituir un punto de encuentro entre empresas industriales y tecnológicas, y profesores e investigadores expertos de la Cátedra sobre experiencias, oportunidades, riesgos y soluciones en las industrias; y por otro crear futuras oportunidades de mercado al facilitar que las empresas tecnológicas comprendan mejor las necesidades de las empresas industriales y que las industriales entiendan qué tecnologías pueden influir de forma positiva en su actividad.
BDM: ¿Cada cuánto tiempo y dónde va a ser convocada?
La Cátedra realiza muchas actividades a lo largo del año entre las que destacan la realización de proyectos de I+D+i; encuentros de CEOs y presidentes con líderes en transformación digital; reuniones privadas con todas las empresas patrono para compartir buenas prácticas y lecciones aprendidas; además de jornadas temáticas dedicadas a una tecnología o un problema relevante.
Cada año organizamos cuatro jornadas y en 2017 se dedicaron a la Analítica de datos, Talento 4.0, Ciberseguridad e IIoT. En 2018 hemos celebrado dos jornadas, la primera se dedicó a Robótica y la segunda a Inteligencia Artificial.
En septiembre tendremos la tercera jornada del año dedicada a Trazabilidad y cadena de suministro y en noviembre la cuarta con el objetivo de discutir sobre el proceso de transformación digital.
BDM: ¿Cómo afecta la Inteligencia Artificial a la sociedad actual?
MV: Hace doscientos años tuvo lugar la primera revolución industrial impulsada por la aparición de la máquina de vapor. Aquella primera revolución cambió la economía, que pasó de la agricultura y la ganadería a la industria, nuestra forma de vivir, que pasó de rural a urbana, y la sociedad con la aparición de nuevas clases sociales como el proletariado o la burguesía. Todo este proceso de cambios no fue instantáneo pero sin duda transformó en pocos años una sociedad que había permanecido sin cambios durante siglos.
Ahora estamos ante una nueva revolución que muchos denominan como la cuarta revolución industrial. La segunda fue impulsada por la fabricación en cadena y la electrificación mientras que la tercera se debió a la automatización de los procesos de producción mediante el uso de microprocesadores y robots. Sin embargo, creo que sería más preciso denominar a la revolución que estamos viviendo como la segunda gran revolución industrial. La primera fue la de la fuerza artificial, que reemplazó la fuerza humana y cambió la sociedad. La que estamos viviendo ahora es la revolución de la inteligencia artificial que volverá a reemplazar a los humanos asumiendo funciones que hasta ahora pensábamos que sólo estaban al alcance de la inteligencia humana.
Por ello la respuesta corta a la pregunta es que creo que la Inteligencia Artificial va a afectar a la sociedad de forma muy profunda ya que, combinada con muchas otras tecnologías (conectividad, big data, IIoT, fabricación aditiva, etc.), va a transformar primero el tipo de tareas a las que nos dedicamos los humanos en la actualidad y luego la economía y la sociedad.
Todo estos cambios que están por venir, y que son difíciles de imaginar, probablemente van a traer consigo tanto consecuencias positivas como negativas. Por ejemplo, parece razonable pensar que los robots dotados de IA van a asumir las tareas más repetitivas e ingratas permitiendo que los humanos nos dediquemos a otras actividades de mayor satisfacción personal. Al mismo tiempo, parece probable que estos cambios se produzcan a un ritmo rápido que no permita a todos los estratos sociales adaptarse lo que producirá importantes bolsas de desempleo y grandes diferencias en las condiciones de vida entre los que tengan acceso a estas tecnologías y los que no.
BDM: ¿En qué sectores la Inteligencia Artificial va a tener un mayor impacto?
MV: En este momento la Inteligencia Artificial ya se está usando en muchos sectores entre los que destacan salud, comercio, marketing o finanzas. No obstante, acabará teniendo impacto en todos y de forma más rápida en aquellos en los que exista un gran volumen de datos disponible ya que los algoritmos y la capacidad de procesamiento permiten a la IA sacar más información. También se notará en los sectores en lo que se puedan reducir costes fruto de una automatización y robotización de los procesos facilitada por la IA.
BDM: ¿Cómo se consigue un uso ético de la Inteligencia Artificial? ¿Es necesario?
MV: La segunda pregunta tiene una respuesta sencilla. Es imprescindible que esta tecnología se use de forma ética ya que su capacidad para transformar nuestra nuestra forma de vivir va a ser muy profunda.
La primera pregunta es más complicada aunque la respuesta pasa por educar y regular.
Sin duda necesitaremos que nuestra sociedad sea capaz de adaptarse y afrontar un mundo con billones de dispositivos inteligentes haciendo cosas que hasta ahora sólo hacíamos los humanos y que serán potencialmente capaces de hacer tanto el bien como el mal. Nosotros habremos diseñado, programado y, al menos inicialmente, enseñado a esas “cosas inteligentes”, por lo que necesitaremos humanos con capacidad para razonar de forma crítica y ética ante esta nueva realidad. Esto sólo lo lograremos con una sociedad que eduque a los más jóvenes en razonamiento crítico y ético.
La regulación se ve con frecuencia como algo que limita libertades o la capacidad para hacer negocios pero en un mundo cambiante será crucial disponer de suficiente fuerza y velocidad reguladora para desarrollar leyes y reglamentos que minimicen el impacto negativo de cambios descontrolados en la política, la economía y los negocios. En otras palabras, necesitaremos regulación que proteja a los ciudadanos de abusos fruto del poder que generará la inteligencia artificial.
Estos problemas no son ciencia ficción. Existen algoritmos que ayudan a jueces a tomar decisiones calculando la probabilidad de reincidencia un recluso, o que calculan el coste de la prima de un seguro de salud en función de los datos disponibles del cliente. Puede parecer “normal” calcular probabilidades pero estas máquinas tienen algoritmos más o menos trazables pero poco a poco incorporarán aprendizaje y será complicado entender si tienen sesgos que afecten a derechos tan relevantes como la libertad o el acceso a servicios de salud. Más conocidos han sido los recientes escándalos sobre el uso datos personales para modificar el sentido del voto de ciudadanos en países con democracias sólidas. La ingeniería social empleada requiere tener acceso a grandes volúmenes de datos personales, el uso de analítica avanzada y también de inteligencia artificial.
Esta nueva realidad requiere de una sociedad educada en razonamiento crítico y ético junto con unos poderes públicos nacionales y supranacionales capaces de regular para impedir abusos.