España tiene una buena posición en el ranking global, pero tiene que seguir mejorando en algunos aspectos para no caer y perder la fuerza tecnológica que hasta ahora a conseguido.
La tecnología decide el poder de los países. Los países que no tengan competencias tecnológicas, como la Inteligencia Artificial, perderán la oportunidad de ser competidores y líderes del mercado. La adopción de la Inteligencia Artificial en todo tipo de organizaciones, tanto públicas como privadas es, por tanto, un reto para reducir la brecha, cada vez más amplia, que existe entre diferentes sectores, industrias y países por las diferencias existentes en cuanto a su implementación. Pero no sólo es necesario la adopción de la IA; también lo es la preparación de la población con las habilidades y capacidades necesarias para afrontarlo. Así como su capacidad de adaptación y de aprendizaje. La IA y la competitividad y el desarrollo del talento son dos caras de la misma moneda.
En este contexto, Adecco Group Institute, el centro de estudios y divulgación del Grupo Adecco, líder mundial en la gestión de Recursos Humanos, junto con la escuela de negocios Insead y la multinacional estadounidense Google que se une este año, han presentado hoy en la ciudad suiza de Davos la séptima edición del Índice de Competitividad por el Talento Global (GTCI en sus siglas inglesas). Un amplio estudio destinado a ayudar a gobiernos, ciudades, empresas y organizaciones a diseñar, mejorar y reorientar sus estrategias de talento y ser competitivos en el mercado a nivel global.
Este índice se centra en la capacidad de los países para gestionar el talento a través de la facilitación, atracción, crecimiento y retención del mismo. Además, diferencia entre dos niveles de talento, que se resumen en habilidades de nivel medio (laborales y de vocación) y habilidades de nivel alto (o de conocimiento global). A ellos se suma, por primera vez, el análisis del nivel de adopción de la tecnología en los diferentes países, como un factor clave para facilitar el talento competitivo.
Para Alain Dehaze, consejero delegado de Adecco Group a nivel mundial: «hoy en día, los robots y los algoritmos han traspasado las fronteras de las fábricas y están operando en la parte delantera de la casa, en la parte trasera de la oficina y en la sede de la empresa. En todos los niveles, los trabajadores necesitan capacitación para perfeccionar las «habilidades humanas» por excelencia -adaptabilidad, inteligencia social, comunicación, resolución de problemas y liderazgo- que complementarán a la tecnología”.
España en el GTCI
Como en años anteriores, las posiciones más altas del Índice de Competitividad por el Talento Global siguen estando en manos de los países con una renta elevada. El índice refleja una estrecha relación entre el PIB per cápita y las clasificaciones. Los países europeos siguen dominando y se hacen con 17 de las 25 posiciones más altas.
España, con una media total de todas las variables de 55,7 (2,85 puntos más que un año atrás), ocupa el puesto 32 del ranking de 132 países incluidos en este informe anual del GTCI. Una posición que mejora mínimamente respecto al año anterior, cuando ocupaba el puesto 31 de 125 nacionalidades. Asimismo, sigue situado entre los países clasificados como de renta elevada (según datos del Banco Mundial) cuya puntuación media para este grupo es de 61,46 puntos (ligeramente superior al índice del año anterior, 59,93 puntos).

En cuanto a la situación de España respecto al resto de países europeos, ocupa la posición 20 de las 38 naciones europeas incluidas en el GTCI. Situación similar a la del año anterior, superando a naciones como Letonia, Lituania, Italia, Eslovaquia o Polonia.
Fortalezas y debilidades de España
Si bien España ocupa el puesto 32 en el GTCI 2020 sobre una muestra de 132 países, en cada uno de los seis pilares analizados en el Índice de Competitividad por el Talento Global (“Facilitadores”, “Captación”, “Crecimiento”, “Retención”, “Habilidades profesionales y técnicas” y “Habilidades de conocimiento global”) obtiene una puntuación y comportamiento diferentes.

Así, España saca su mejor nota en el grupo de variables de “Retención” (puesto 23); mejor incluso que en 2019 (puesto 25) y con un desempeño superior a la media de los países de renta alta. Una posición lograda gracias al buen resultado obtenido en variables como comportamiento medioambiental (12), saneamiento (14), protección social o densidad de doctores, ambas en la posición 15. Las peores colocaciones en este pilar son retención de celebros (74) y, algo mejor colocada, sistema de pensiones (32). La buena posición en este pilar indica que nuestro país aborda eficazmente el desarrollo de su propio talento.
En la variable de “Crecimiento”, España obtiene su segunda mejor posición (29) tras ganar tres puestos. Lo más relevante es la colocación positiva que mantiene en matriculación en educación superior (puesto 6 de 132, su marca más alta de todo el ranking), calidad en gestión de los centros (10) y en clasificación de universidades (23). Los datos más negativos de este pilar lo representan el desarrollo del trabajador (67), que mejora del puesto 79 de 2019, y la colaboración en los organismos (101) y entre ellos (87).
En el pilar de los ”Facilitadores”, España se encuentra en la posición 32, que mejora respecto a la 37 del anterior informe. Aquí su mejor marca está en la variable densidad de robots, donde alcanza el puesto 12. También obtiene buenas colocaciones en intensidad competitiva del mercado (20) y en infraestructura de las TIC (25). Pero sigue teniendo muy mala posición en variables de la categoría “empresa y trabajo” como la de relación salario y productividad (puesto 99) y en desempleo en educación terciaria (92).
Algunas de las variables que más han penalizado a este pilar en este año tienen que ver con el marco regulador del país. Son, por ejemplo, la estabilidad política, que ha pasado a la posición 51 cuando un año atrás ocupaba la 40, o la efectividad del gobierno, ahora en la posición 28 mientras que en 2019 ocupaba la 24.
Además, por primera vez en el GTCI, se analiza en el marco del pilar de los “Facilitadores” la adopción de la tecnología; es decir, las disrupciones tecnológicas que imperan en el mercado global implantadas en los diferentes países. Por lo tanto, este apartado proporciona una medida de lo bien o mal que los países están permitiendo el desarrollo de talento asociado con tecnologías avanzadas como la inteligencia artificial y el conocido como Internet de las cosas (IoT).
Por tanto, en nuestro país continúa siendo necesario mejorar los facilitadores y reforzar la apuesta por la tecnología para crear un entorno favorable para la atracción de talento y empleo dentro de nuestras fronteras.
Cuatro posiciones baja España en el pilar de Habilidades de conocimiento global (puesto 34 sobre 132). España consigue la posición 19 en lo referente a los trabajadores con educación superior, un puesto 25 en artículos en revistas científicas y la posición 27 en cuanto a volumen de innovación. Sin embargo, deja sus peores datos en altos funcionarios y directivos (puesto 62), exportaciones de gran valor (57) y actividad emprendedora de nuevos productos (52).
En cuanto al pilar de ”Captación”, España vuelve a bajar (puesto 45) por segundo año consecutivo (39 en 2019), con peores índices en la mayoría de los factores que componen esta área. Es el pilar en el que más posiciones pierde con respecto a 2019 (6 puestos).
Por último, la peor marca de estos seis pilares corresponde a “Habilidades profesionales y técnicas” (53), que empeora, a su vez, respecto al pasado año (48). Contar con trabajadores con estudios secundarios (85) así como con población con estudios secundarios (81) penaliza a este pilar al igual que la relevancia del sistema educativo en la economía (78).