El próximo en conquistar el Tourmalet se llama LUCA y no dará pedales

Entrenamientos, dieta, fisioterapia, psicología, meteorología, aerodinámica, materiales ligeros en ropa y bicicleta… Son muchos los factores que un equipo ciclista tiene que tener en cuenta a la hora de preparar una carrera. ¿Se puede añadir alguno más? Sí, el Big Data.

El análisis, incluso en tiempo real, de los millones de datos que cada entrenamiento, cada atleta y cada carrera producen puede hacer que los directores deportivos adapten y mejoren su estrategia con un único fin: ganar.

Mínimos pero decisivos detalles

Las competiciones de ciclismo más grandes y reconocidas son el Tour de Francia, la Vuelta a España y el Giro de Italia. Todas ellas recorren cientos de kilómetros de la geografía de sus respectivos países, lo que equivale a horas y horas de pedaleo. En ocasiones, la victoria en una etapa se decide por solo unos segundos. Los mismos que pueden marcar la diferencia entre estar o no en el podio.

En el desarrollo de la carrera entran muchos factores en juego: el clima, el estado de la carretera, el estado físico de los ciclistas, el periodo de descanso, las posibles caídas… y el comportamiento del resto de corredores y equipos. Un detalle, por mínimo que sea, puede ser el que marque la victoria en una etapa o en la carrera.

 Un mundo de sensores

Pero, ¿cómo se puede mejorar el rendimiento de un ciclista? La respuesta (sobre el papel) es fácil: teniendo y conociendo todos los datos y detalles que pueden influir en cada una de las etapas de la carrera.

Por eso, desde hace unos años asistimos a una cada vez mayor tecnificación de este deporte. Así, por ejemplo, el Tour de Francia decidió hace pocos años que los casi 200 deportistas que comienzan la carrera tengan un sensor a medida unido debajo de la silla de su bicicleta. El sensor, que pesa solo 100 gramos (cabe recordar que el peso es una de las obsesiones de este deporte) contiene un chip con GPS, otro de radiofrecuencia y una batería recargable con suficiente potencia para durar las 21 etapas más largas del Tour. Cada sensor transmite los datos de posicionamiento GPS de cada ciclista en cada segundo.

Además, también se están recogiendo otro tipo de datos, como la meteorología, el estado de las carreteras así como los datos históricos de cada ciclista.

Desde el principio, todas estas tecnologías se ha integrado como una parte más del show deportivo, de forma que los organizadores de la carrera, los equipos, los locutores, los comentaristas, los televidentes y los fanáticos pueden utilizar la aplicación móvil Tour de France y acceder a estadísticas detalladas sobre el progreso de la carrera y sus corredores favoritos.

Además, los ciclistas van incorporados con otros recursos (como auriculares o wearables) para hacer un mejor seguimiento de sus constantes vitales.

Una vuelta de tuerca

También en la Vuelta a España se está empezando a utilizar toda esta tecnología para llevar el ciclismo a un nuevo nivel. Así, en la de 2016, el equipo Movistar empezó a utilizar LUCA, la unidad de Big Data de Telefónica, que hizo uso de entre 22 y 25 millones de datos. Esta información corresponde únicamente a ocho de sus ciclistas y solo a su comportamiento en carrera.

Con estos datos, su tratamiento y análisis se pretende mejorar el rendimiento del ciclista, conociendo parámetros como la potencia, en relación a distintas variables: trazado, dificultad, etcétera, el ritmo cardíaco para poder calcular la intensidad y la eficiencia.

También el equipo olímpico del Reino Unido emplea el Big Data tanto en el reclutamiento de nuevos corredores como en la preparación de las estrategias. Se recogen los datos y se basa la estrategia en función de ellos.

La profundidad de los análisis permite llevar a cabo programas a medida de cada atleta, con el fin de que pueda ofrecer lo mejor de sí mismo para el equipo. Así, por ejemplo, en una competición un equipo se dio cuenta de que un ciclista tenía mejor rendimiento en el entrenamiento si había dormido a una temperatura más baja la noche anterior. Así que se le proporcionó un colchón con temperatura refrigerada por agua para mantener su cuerpo a una temperatura exacta durante toda la noche. Esto permitió que el atleta tuviera un mejor sueño profundo, que es cuando el cuerpo libera la hormona del crecimiento humana y la testosterona de forma natural.

El Big Data y su gestión permiten a los equipos deportivos de alto rendimiento cuantificar los muchos factores que influyen en el rendimiento, como la carga de entrenamiento, la recuperación y cómo se regenera el cuerpo humano. Los equipos pueden medir todos estos elementos y establecer señales de alerta temprana para, por ejemplo, evitar que los atletas lleguen al sobre-entrenamiento, lo que a menudo conlleva lesiones y enfermedades.

Quién es LUCA

En la Vuelta a España, el equipo Movistar hizo el seguimiento y análisis de más de 25 millones de datos generados por los 8 ciclistas del equipo, que fueron tratados con LUCA, la unidad de Big Data de Telefónica que permite identificar áreas en las que el equipo puede actualizar y mejorar su rendimiento.

El Equipo Movistar 2017, con Mikel Zabala, profesor de la Universidad de Granada y experto en Ciencias del Deporte a la cabeza, emplean estos datos para los entrenamientos.

Con esta información, el equipo puede tener en cuenta una serie de variables complejas y modelos matemáticos para mejorar el rendimiento de cada ciclista. Una información que es crítica en términos de planificación y personalización. El objetivo final es optimizar el rendimiento físico y mental del ciclista a lo largo de la carrera para que puedan tener un buen rendimiento como equipo, pero también recuperarse de manera efectiva.

Para analizar los datos tomados de cada bicicleta, se ha desarrollado una herramienta de análisis adaptada a las necesidades específicas del equipo. Este programa hace uso de modelos estadísticos y técnicos de Machine Learning para mejorar la competitividad.

Así, por ejemplo, los preparadores físicos pueden saber cuándo un ciclista está en su mejor momento físico y, en función de eso, predecir y ajustar el entrenamiento cuando se acerca a cada carrera. Para ello, además, se tienen en cuenta otras variables, como la altura de la carrera o el clima durante la misma.

Combinando los datos y el papel que cada ciclista va a tener en la carrera, se puede diseñar una estrategia de equipo diferente y planificar de manera más efectiva los períodos de recuperación.

Así pues, puede que el hombre siga subido a la bicicleta y, en última instancia, el encargado de pedalear y subir los puertos de montaña más importantes y duros. Pero este ejercicio se hará de manera más efectiva y competitiva si el director deportivo puede contar con una ingente cantidad de datos y una serie de predicciones fundamentadas sobre ellos que le asistan en el diseño de la estrategia. Porque, al menos de momento, al Tourmalet tendrán que seguir subiendo Arcas, Amador y compañía.

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