El informe ‘Connected Consumer 2030’ refleja cómo cambiará la sociedad debido a la tecnología y calcula que en 2030 habrá 125.000 millones de dispositivos conectados.
El hogar del futuro será mucho más tecnológico de lo que imaginamos. Así lo pone de manifiesto el informe ‘Connected Consumer 2030’ (CC2030), que ha presentado Vodafone y que hace un análisis de los avances en el empleo de tecnología inteligente que habrá en el mundo de aquí a 2030.
Según se advierte en el informe , en el futuro los dispositivos inteligentes podrán controlarse con el pensamiento. Es más los dispositivos wearables podrán ir más allá del control por voz e interactuar directamente con los pensamientos del usuario.
El informe, presentado en presencia de Lutfu Kitapci, director general de Vodafone Smart Tech, pone de manifiesto que el número de dispositivos conectados alcanzará en 2030 los 125.000 millones. Va más allá e indica que las soluciones inteligentes se integrarán sin esfuerzo en la vida de las personas serán una tendencia clave en la próxima década.
Así, el director general de Vodafone Smart Tech ha asegurado que se pone de manifiesto «cómo está creciendo el ritmo de la transformación y cómo nos situaremos en el centro de la misma con nuestras soluciones de conectividad para ayudar a los gobiernos, las empresas y los consumidores a afrontar los principales retos de la sociedad».
Apuesta por los vehículos autónomos
Por otro lado, el estudio pone en valor la utilidad de los datos para las empresas. El informe predice que los datos personales se convertirán en una moneda que las marcas tendrán que pagar u ofrecer a cambio de una experiencia elevada.
A nivel de smart cities, se apuesta por que los vehículos autónomos sean más ecológicos y silenciosos, y que mediante hologramas inmersivos permitan a las marcas de comercio electrónico mostrar sus últimas colecciones a los pasajeros mientras viajan. Los pasajeros podrán pasar por encima de los productos e incluso ser guiados hasta un destino comercial para realizar una compra, según el informe.
Por otro lado, los hogares serán cada vez más inteligentes y podrían llegar a contar con espejos del baño equipados con sensores que comprueben el flujo sanguíneo y los cambios anormales en el color de la piel. Estos dispositivos podrán evaluar mediciones vitales como la hidratación, el azúcar en la sangre y la presión arterial para predecir o prevenir condiciones de salud crónicas antes de que aparezcan.