A medida que las autoridades de todo el mundo lidian con la pandemia viral COVID-19, ha quedado manifiestamente claro el valor de disponer de datos precisos de manera inmediata.
La necesidad de los gobiernos y proveedores sanitarios de concentrar esfuerzos y recursos en las áreas donde era más urgente, ha requerido disponer de datos que puedan mostrar indicadores como la cantidad de infecciones, las tasas de propagación, la eficacia de los sistemas de sanidad, el impacto de las reglas de distanciamiento social, etc.
Hay muchas fuentes de esta información y diferentes organizaciones la están usando de maneras muy diferentes. Algunos han implementado algoritmos para modelar cambios y tendencias anticipadamente. Otros se han centrado en calcular cuántos recursos preventivos y de atención se necesitarán en los próximos días y las próximas semanas.
En cualquier caso, obtener los datos necesarios para tomar las decisiones correctas en tiempo de apremio, requiere una serie de pasos como la definición, ingesta, procesamiento, análisis y puesta a disposición. Con tal cantidad de nuevos datos, cuantos más elementos se introducen en este proceso, más posibilidades hay de que se introduzcan errores.
Las actualizaciones también pueden ser problemáticas. Con muchos conjuntos de datos relacionados con virus que cambian constantemente, y actuaciones en diversas localizaciones dispersas en una región, un país, un continente o a escala mundial, es fundamental garantizar que los datos que se utilizan sean los últimos disponibles. Cualquier fallo puede tener la consecuencia nefasta de basar las predicciones y proyecciones en números y métricas no actualizados o inexactos.
La evolución del intercambio de datos.
Los intercambios de datos han estado en uso durante algún tiempo como un medio para proporcionar acceso a los usuarios. Estos usuarios suelen recurrir a estos intercambios para localizar los conjuntos de datos necesarios y luego descargarlos para uso local.
El intercambio de datos ha evolucionado significativamente. En lugar de obtener y descargar datos y tener que consultar periódicamente las actualizaciones, con las probabilidades de error que ello conlleva, las tecnologías punteras para intercambios de datos de última generación posibilitan que los usuarios accedan a datos interconectados con la certeza de tener la última actualización disponible siempre.
Un ejemplo que se está utilizando como parte de la respuesta a COVID-19 ha sido creado por la empresa de análisis de datos Europea Starschema. Basado en la plataforma de intercambio de datos en la nube Snowflake, el conjunto de datos COVID-19 de Starschema actualmente combina datos de 16 fuentes diferentes y se actualiza constantemente.
Las organizaciones que utilizan esta plataforma tienen la seguridad de que las fuentes utilizadas para crear los datos elaborados a los que acceden se han verificado y probado rigurosamente para garantizar la precisión.
Ya hay más de 500 organizaciones en todo el mundo que utilizan Starschema. Entre estas organizaciones, además de entidades gubernamentales, de sanidad y defensa, se encuentran también empresas de consumo minorista, turismo, suministradores de energía, telcos, media, bancos y aseguradoras.
Este tipo de intercambio de datos es particularmente valioso en circunstancias como las que actualmente se afrontan en todo el mundo. Dado que los datos cambian tan rápidamente, se hace crítico el garantizar que quienes tienen que utilizarlos para decisiones vitales tengan acceso a los indicadores más actualizados.
Un futuro para compartir datos
El servicio de datos COVID-19 de Starschema es un ejemplo de cómo la evolución de los intercambios de datos está ocurriendo a un ritmo cada vez mayor. Las organizaciones de todo el mundo están llegando a comprender el poder que proviene de poder obtener y utilizar conjuntos de datos de calidad constantemente actualizados.
Estos intercambios de datos globales se están constituyendo en marketplaces a través de los cuales las partes interesadas pueden acceder fácilmente a datos confiables en una forma fácil de consumir, y los tipos de conjuntos de datos disponibles crecen día a día.
El beneficio principal del intercambio de datos es que eliminan la complejidad que tradicionalmente ha estado asociada al uso de grandes conjuntos de datos y a las dificultades para mantener y asegurar la disponibilidad de la última actualización de datos que cambian constantemente. Pueden proporcionar fácilmente datos consistentes, precisos y valiosos a los usuarios en tiempo real.
Los intercambios de datos seguros de última generación están ayudando a las autoridades a comprender mejor las ramificaciones de COVID-19 y a cómo anticipar actuaciones para mitigar sus efectos. Las circunstancias que hemos vivido y aún nos quedan por vivir a nivel planetario, han puesto de manifiesto que el valor de los intercambios de datos seguros y de última generación, que se están convirtiendo en un elemento fundamental para muchas áreas de actividad comercial, de gestión e incluso de nuestro modo de vida.