«El Big Data nos ayuda a compartir las mejores prácticas entre agricultores»

De la mano de Smartup, expertos en analítica avanzada, Azucarera ha comenzado su transformación digital. Tecnología e innovación, al servicio de la agricultura.

Big Data Magazine (BDM): ¿Cuándo comenzó Azucarera a apostar por las herramientas digitales para mejorar la toma de decisiones y el trabajo en el campo?

Iván Martín (IM): Empezamos hace cuatro años, porque vimos la importancia de tomar decisiones basadas en datos.  Desde Azucarera siempre hemos mirado hacia el futuro y ya estábamos viendo que en otros sectores el uso de este tipo de herramientas incrementaba la rentabilidad de las organizaciones y hacía más eficiente la manera de trabajar. Entonces, dijimos ¿por qué no llevarlo a la agricultura? Y nos lanzamos.

BDM: En colaboración con Smartup, estáis desarrollando un modelo de recomendación agronómica para el cultivo de remolacha azucarera, ¿en qué consiste este modelo?

IM: Tenemos tres modelos en marcha que cada año enriquecemos con nuevos datos. Un modelo de información, donde podemos ver todos los datos históricos que tenemos y saber cómo ha funcionado el pasado; un modelo predictivo, en el que, además de los datos proporcionados por los agricultores en sus diferentes cuadernos de campo, analizamos otras variables como la estructura y permeabilidad del suelo de cada parcela y el clima.  Y, por último, un modelo de recomendación.

Éste último modelo lo hemos puesto en marcha este mismo año y consiste en agrupar la información de los agricultores según sus variables no manejables, es decir, clima, suelo y sistema de riego parecidos, para extraer los datos de aquellos trabajadores que consiguen una mayor cantidad de azúcar por hectárea. De esta manera, podemos establecer qué prácticas son las que ayudan a obtener una mayor rentabilidad y recomendárselas a otros trabajadores para que las tomen como ejemplo. El Big Data, aplicado a la agricultura, nos da la posibilidad de compartir las mejores prácticas entre los agricultores.

«Necesitamos más formación en herramientas digitales para acercar la tecnología al campo»

Estas variables no manejables son también muy importante para nosotros, ya que tenemos campos en diferentes zonas de España, como Andalucía y Castilla y León. El clima o las condiciones del suelo, son características que determinan en la mayoría de los casos la calidad de una cosecha. Por esta razón, también es fundamental que sean tenidas en cuenta.

BDM:  Además de estos modelos que comentas, ¿existe alguna otra medida que hayáis puesto en marcha desde Azucarera para implementar su digitalización?

IM: Hemos creado una aplicación donde todos nuestros trabajadores pueden ver  la información relativa a su contratación y también tienen acceso a un sistema de agricultura de precisión en el que, través de satélite o drones, pueden conocer la evolución de su parcela con una serie de alertas que le ayudan a mejorar su producción.

BDM: ¿Qué diferencia a la agricultura de precisión de la tradicional?

IM: La agricultura de precisión permite al agricultor realizar una siembra variable en su parcela. Hasta ahora, sin información sobre esas variables que estábamos comentando, el agricultor aplicaba la misma dosis de semilla. Este sistema permite que los trabajadores dispongan de un mapa con las zonas más y menos productivas para que puedan modificar la dosificación. Nos ofrece la posibilidad de ser más precisos en todas las actividades agronómicas que realizamos, y, por lo tanto, de mejorar nuestra productividad.

Todo este aumento de eficiencia, no solo repercute en el campo o en los ingresos de los agricultores, también en el medio ambiente, ya que conseguimos reducir la huella de carbono. Nos hace más sostenibles, aprovechamos mucho mejor nuestros recursos. 

BDM: ¿Cuáles son los cambios más significativos que han marcado un antes y un después en el uso de esta tecnología?

IM:  Sobre todo lo hemos notado a nivel interno. Antes, para poder disponer de datos, debíamos recorrer de arriba a abajo con el coche, caminando, todos nuestros campos. Ahora, no solo disponemos de mucha más información, sino que además, tenemos visión de pájaro.

También hay que tener en cuenta que la adaptación de la tecnología al campo es un proceso muy lento. No olvidemos que la media de edad es muy alta y tenemos una barrera que hay que derribar, pero la pandemia ha servido de aprendizaje, porque en un momento en el que no se podía salir de casa, los agricultores podían conocer el estado de su parcela, gracias al uso de estas herramientas.

Ha habido un impulso hacia la digitalización en el campo, incluso desde las administraciones públicas, pero todavía es necesario fomentar el uso de herramientas digitales para garantizar una agricultura de precisión y, además, dar mayor visibilidad a los casos de éxito.

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