A través del Big Data y la inteligencia artificial la urbe creará un mapa de áreas en función de la calidad del aire que se detecte con el fin de mejorarla y evitar la contaminación.

El poder evocador de los olores es innegable, capaz de despertar recuerdos y conectar con experiencias únicas. Pero, ¿alguna vez has considerado asociar estos olores con la contaminación o utilizarlos en el diseño de nuestras ciudades? Esta idea, respaldada por la ciencia, está ganando terreno en diversas urbes, y Málaga se une a la tendencia al encargar un estudio para crear un mapa de olores.

Este ambicioso proyecto está a punto de ser confiado a la Fundación Aula del Mar, la única participante en este concurso público promovido por el Ayuntamiento en colaboración con el Ministerio de Ciencia e Innovación, en el marco de la iniciativa ‘Alborán, a Lifewatch Eric Project’. El proyecto también abarca un estudio sobre la vida marina, centrándose en los cetáceos y las tortugas en nuestras costas.

Un mapeo a la contaminación

El núcleo del proyecto, el mapa de olores, se fundamenta en investigaciones que demuestran una alta correlación entre áreas de baja calidad del aire y los olores detectados por los usuarios de las redes sociales. El Big Data desempeña un papel crucial, identificando etiquetas, hashtags o textos clave como ‘gasolina’, ‘polvoriento’, ‘cansado’ o ‘coche’, asociados a áreas con mala calidad del aire. Por otro lado, las zonas con olores relacionados con la naturaleza, como ‘floral’, ‘lavanda’, ‘sulfuro’ y ‘césped’, muestran menos presencia de contaminantes en el aire.

Todo se basa en el método creado por los investigadores Daniele Quercia, Rossano Schifanella, Luca Maria Aiello y Kate McLean en el proyecto ‘Smelly Maps’ (‘Mapas de Olores’), que establece un diccionario con 285 términos asociados a tipos de olores.

El contrato establece que los equipos estarán compuestos por investigadores doctores en Biología o Ciencias Químicas y otros licenciados o graduados en Biología. Se estima que ambos estudios requerirán alrededor de 4.500 horas de trabajo en seis meses. El presupuesto inicial es de 110.973 euros, con un 80% de financiación europea.

Este enfoque que incorpora las redes sociales como fuente de información está directamente relacionado con el concepto de ‘ciencia ciudadana’, involucrando a la comunidad en la evaluación de la calidad del aire en diferentes zonas de la ciudad.

Controlar la calidad del aire

El control de la calidad del aire es una prioridad establecida en el Plan del Clima, aprobado por el Ayuntamiento de Málaga. Se busca reforzar los sistemas de medición y alertas ante posibles contaminantes.

En otro aspecto del contrato, se busca observar el medio marino frente a la ciudad, estableciendo un Observatorio para obtener imágenes en tiempo real a 15 metros de profundidad mediante tecnología en una boya situada a unos 2 kilómetros en el entorno de los Baños del Carmen.

Málaga, con su posición estratégica como punto de migración entre el Atlántico y el Mediterráneo, alberga una amplia diversidad de fauna y flora marina. Entre las especies protegidas se destacan las tortugas marinas y una variedad de cetáceos, que sirven como indicadores de la salud de las aguas y los niveles de contaminación.

En conclusión, estos estudios buscan profundizar en el conocimiento de las especies marinas y su relación con el entorno, incluyendo aspectos de su salud, su interacción con otros organismos y los efectos de la contaminación en su ecosistema. Un esfuerzo crucial para preservar la vida marina y nuestro entorno urbano.