Artículo de Jaime Vélez, de Bárbara IoT.
Cuatro de cada diez empresas españolas duplicarán sus inversiones en Edge Computing en 2022. A continuación, analizaremos: ¿Por qué está pegando tan fuerte esta tecnología, qué ventajas tiene para las organizaciones, cuál es su grado de madurez en España y cómo escalar su despliegue de forma eficiente y sencilla?
La primera cuestión que debemos responder es: ¿Qué es el Edge Computing y qué beneficios aporta al sector industrial?.
El Edge Computing es un nuevo modelo que desplaza el procesamiento de datos de la nube a su lugar de origen, reduciendo la latencia y el consumo energético, lo que resulta especialmente relevante en los últimos tiempos con el encarecimiento de las energías, que está poniendo en serios apuros a tantos miles de compañías.
En otras palabras, hablamos de un nuevo paradigma de computación en el que los datos se procesan en la misma fuente que los genera o tan cerca de ella como sea posible.
Ventajas del Edge Computing
Entre sus principales ventajas, destacan las siguientes:
- Escalabilidad: al distribuir el almacenamiento y tratamiento de los datos en muchas localizaciones, el crecimiento de la inversión en infraestructura y capacidades para un mayor volumen de tráfico o mejores algoritmos es mucho más controlado.
- Seguridad: al controlar los datos desde su localización de origen y por tanto decidir qué y cuándo enviar a la nube, los riesgos de ciberseguridad por robo o acceso indebido a información son menores.
- Eficiencia: las frecuencias de análisis desde el edge permiten trabajar con miles de datos de manera casi instantánea, y los tiempos de análisis y respuesta se sitúan en el orden de milisegundos. Esto permite casos de uso de tiempo casi real, impensables en los entornos cloud más orientados al análisis offline de lotes de información.
Hasta ahora, en la mayoría de los casos, las grandes plataformas de Cloud Computing se encargaban de hacer el trabajo de analizar los datos recolectados por los sensores y dispositivos IoT. Ahora, gracias al Edge Computing, los datos no tienen porqué estar centralizados en su totalidad, sino que parte de ellos pueden procesarse en computadores distribuidos. llamados Nodos Edge, en el mismo lugar donde se generan dichos datos.
En este caso, solo el resultado o agregado de dicha computación puede ser centralizado. Así se evita sobrecargar la infraestructura, eliminando latencias innecesarias y mitigando los riesgos de seguridad y soberanía de los datos que tanto importan actualmente a empresas y ciudadanos.
Los sectores eléctrico y de telecomunicaciones, a la cabeza
De todos los sectores de actividad, el eléctrico y las telecomunicaciones son los que más han apostado por esta tecnología, invirtiendo cantidades que oscilan entre los 100.000 y el millón de euros.
De hecho, más de la mitad de los proyectos de más de un millón de euros que se acometieron el año pasado en torno al Edge Computing se realizaron en el sector de la distribución y el transporte de energía eléctrica (Smart Grids).
Más de 250.000 millones de dólares en Egde Computing
El gasto global en la computación de borde podría escalar por encima de los 250.000 millones de dólares. Y según algunas proyecciones, en 2025 el 80% de proyectos de IoT empresarial incorporarán datos procesados por sistemas de Inteligencia Artificial. De los cuales, un 75% se tratarán a través del Edge.
Más allá de las predicciones a futuro, el Edge Computing es ya una realidad, que se sitúa en el centro de la revolución tecnológica. Una vez superado el debate en torno al cuándo digitalizarse y a sabiendas de que es ahora o nunca, conviene hablar del cómo.
Contar con procesos digitalizados ya no es suficiente por sí mismo, ahora ya se requiere que estos además de estar digitalizados sean lo más eficientes posibles.
Reforzar el sector industrial
De sobra es conocida la dependencia que el crecimiento y la salud de una economía tienen del sector industrial. El estado del sector industrial de un país está directamente relacionado con la creación de empresas más competitivas y productivas, lo que repercute en empleos más estables y mejor remunerados.
Uno de los mayores desafíos del sector industrial pasa por culminar exitosamente su transformación digital. Y en este contexto cabe preguntarse si el Edge Computing forma parte de esta transformación, conociendo ya el grado de incidencia e importancia que tiene sobre la misma: ¿está suficientemente implantado el Edge Computing en la industria española?
El estudio de campo realizado sobre el Barómetro de Edge Computing Industrial de Barbara, sugieren que cada día un mayor volumen de datos se tratará con esta tecnología, también en España, lo que hace pensar que las compañías sí están implantando proyectos de Edge Computing o Computación en el extremo.
La empresa consultora y de investigación de las tecnologías de la información, Gartner vaticina en su último análisis de tendencias tecnológicas que este año la mitad de las grandes empresas integrarán proyectos de Edge Computing. Y remarca que las compañías que más se pueden beneficiar de las bondades de esta tecnología son aquellas que trabajan con un alto volumen de dispositivos que se encuentren en situaciones geográficas distribuidas y generen datos con frecuencias altas.
El nuevo modelo de Inteligencia Artificial distribuido frente al Cloud
Los principales inconvenientes del Edge con respecto al Cloud son: una menor potencia de cálculo y la heterogeneidad de dispositivos y tecnologías. Algunos detractores señalan que a pesar de que la computación del Edge es buena, sigue careciendo de la potencia de cálculo disponible en un sistema en la nube.
Es verdad que la potencia de la nube a día de hoy no es comparable con el Edge, por eso seguirá encargándose de crear y servir los modelos más intensos en capacidad computacional. Mientras que los modelos más ligeros se delegan en el Edge, ocupado también de manejar pequeñas tareas de aprendizaje por transferencia, de una forma distribuida. A pesar de todo, cada día la tecnología Edge permite más poder de computación, por lo que podrá hacerse cargo de aplicaciones cada vez más complejas.