Hace pocas semanas conocíamos una dramática noticia: se producía el primer accidente mortal de un coche autónomo de Uber. Esta semana conocíamos el segundo accidente mortal provocado por un coche de conducción autónoma pero esta vez, de la compañía Tesla.
Este segundo accidente mortal en menos de dos semanas se producía mientras el Tesla Model X viajaba en modo autónomo por Mountain View (California), cuando de pronto chocó contra un muro, saliendo gravemente herido el conductor, un ingeniero de Apple. Poco después, el conductor fallecía.
Actualmente son muchas las empresas que tratan de afinar esta tecnología y trabajan en la implementación de la misma en la sociedad, como Apple, Uber, Tesla, Intel o Waymo pero, ¿van demasiado rápido? Tras los últimos accidentes surgidos en estas semanas, son muchos los profesionales que aseguran que realmente la industria va demasiado rápido en la implementación de la conducción autónoma a la vez que aseguran que esta tecnología aún no está lo suficientemente madura.
En este sentido, dichos expertos exponen una serie de problemas por los que aún no estaríamos preparados para la implementación total del coche autónomo en la sociedad. El primero de ellos tiene que ver con la gestión y almacenamiento de la cantidad de datos que se generaría así como con la velocidad a la que se generan dichos datos.
«Pongamos que un coche sin conductor por cada segundo que recorre recopila un gigabyte de datos, en una hora 3,6 gigabytes y en un año aproximadamente podemos almacenar alrededor de un petabyte, o lo que es lo mismo 1015 bytes. Esto solo un único coche, pero tengamos en cuenta que en España circulan un total de 23,4 millones de turismos, lo que generaría una cantidad de datos simplemente monstruosa«, explicaba Stefan Ebener a la revista Autonoción.
Además del problema de los datos, por supuesto está el factor económico, ya que el precio de un coche autónomo es tan elevado que no podría ser asumido por el grueso de la población, superando los 150.000 euros. Igualmente, accidentes como los acontecidos con el coche autónomo de Uber o el de Tesla, no hacen más que generar desconfianza hacia esta tecnología, por lo que el miedo y la inseguridad es un factor muy contundente que determinará en el futuro próximo la aceptación de estos coches.
Otro de los factores a tener muy en cuenta es el de los ciberataques, ya que los ciberdelincuentes podrán acceder a los datos que nuestro coche autónomo generaría e incluso podría llegar a conducirlo o a abrirle las puertas.