ChatGPT puede salvar vidas en urgencias, pero necesita supervisión

Los expertos en tecnología afirman que podría ayudar a salvar vidas, pero que no debería utilizarse sin supervisión humana.

GPT-4 es la versión más reciente y avanzada de un modelo de inteligencia artificial de OpenAI -creadores del exitoso producto ChatGPT- y, según los médicos, podría poner patas arriba la medicina tal y como la conocemos.

ahora los expertos afirman que GPT-4 también podría ser capaz de salvar vidas humanas en el mundo real, tratando a pacientes de urgencias con rapidez y delicadeza. En el libro  «The AI Revolution in Medicine» (La revolución de la inteligencia artificial en medicina), disponible como libro electrónico el 15 de abril o impreso el 3 de mayo, un experto informático de Microsoft, un médico y un periodista forman equipo para probar GPT-4 y comprender sus capacidades médicas.

Los tres expertos -el vicepresidente de investigación de Microsoft, Peter Lee, la periodista Carey Goldberg, y el informático y médico de Harvard Isaac Kohane– afirman que esta nueva IA, que por ahora sólo está disponible para suscriptores de pago, es más avanzada y menos tonta que el chatbot anterior. Y es tan buena digiriendo, traduciendo y sintetizando información que dicen que podría utilizarse en las salas de urgencias para ahorrar tiempo y salvar vidas… hoy mismo.

Cómo GPT-4 podría salvar una vida

En las primeras páginas del libro, los autores presentan una interacción hipotética -pero totalmente posible- entre un médico residente y la GPT-4 como prueba de que la tecnología será utilizada muy pronto por médicos y pacientes.

Comienza con un paciente imaginario en estado crítico, con el ritmo cardíaco por las nubes, la tensión arterial por los suelos, la cara pálida y luego azul, mientras jadea en busca de aire. Su equipo de cuidados le introduce «jeringuilla tras jeringuilla» por vía intravenosa, tratando de subirle la tensión y mejorar su función cardiaca, pero nada parece funcionar.

Una residente de segundo año de medicina saca su teléfono y abre la aplicación GPT-4, pidiendo consejo a la IA. Explica al robot que este paciente «no responde» a la presión arterial y menciona su reciente tratamiento contra una infección sanguínea. Finalmente, suplica a la inteligencia artificial: «No sé qué está pasando ni qué hacer».

Al instante, el bot responde con un párrafo coherente en el que explica por qué el paciente podría estar sufriendo un colapso, menciona investigaciones recientes relevantes y sugiere un tratamiento de infusión para aumentar los glóbulos blancos. El residente se da cuenta de que la IA está insinuando que este paciente podría estar entrando en una sepsis potencialmente mortal. Si es así, necesita ese medicamento, y rápido.

«En casi cualquier aspecto que se pueda nombrar, desde el diagnóstico a los historiales médicos o los ensayos clínicos, su impacto será tan amplio y profundo que creemos que tenemos que empezar a luchar ya con lo que podemos hacer para optimizarlo«, dice el libro sobre la GPT-4.

 

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