Los datos se han convertido desde hace unos años en el eje central de cualquier conversación sobre un equipo de fútbol, partido o deportista. Los propios medios de comunicación incluyen en sus retransmisiones los tiros a puerta o posesión del balón de cada equipo; los aficionados ya no conciben del deporte sin las estadísticas y los equipos de fútbol no iban a ser menos.
Además de contar en sus filas con médicos, fisioterapeutas o psicólogos, el analista de datos comienza a hacerse un hueco entre los expertos del cuerpo técnico de los clubs. Hasta hace no mucho, los entrenadores y periodistas deportivos confiaban únicamente en su ojo avizor para evaluar un partido o un jugador en concreto. Hoy en día, también se tienen en cuenta los datos para conseguir mejores resultados. Un hecho que está transformando el deporte en sí y la forma en que se analiza no solo a los jugadores, sino también la negociación de los fichajes.
El desarrollo tecnológico conseguido en la era del Big Data permite cuantificar y recoger datos relativos al juego, el estado de forma de los jugadores, los pases completados, pases entre líneas o regates realizados durante el encuentro. En definitiva, es una innovación que trata de convertir la información en algo que sirva para mejorar la faceta deportiva y, al mismo tiempo, conseguir que los aficionados disfruten de esta nueva forma de consumir deporte.
El concepto, se popularizó gracias al libro ‘Moneyball’, de Michael Lewis. Tanto en la obra literaria como en la película con el mismo título se narraba cómo un equipo de béisbol conseguía reflotar tras apoyarse en estadísticas para mejorar su juego, llegando a ganar hasta veinte partidos seguidos. Desde entonces, el Big Data es uno más en la plantilla de los grandes equipos europeos para monitorizar a sus jugadores o preparar una estrategia de cara a una tanda de penaltis. ¿Por qué creen si no que Louis van Gaal sustituyó al portero titular por el suplente un minuto antes de acabar la prórroga del partido de la Copa del Mundo entre Holanda y Costa Rica? De este modo, los costarricenses no tendrían tiempo para planificar cómo lanzar los penaltis en función de datos históricos sobre las paradas de su portero o hacia donde solía lanzarse en una tanda de penaltis.
Esta tecnología también es empleada por grandes equipos europeos y españoles. No hay que olvidar que la tecnología actual permite recoger todos los disparos que se producen durante los noventa minutos y les otorga un valor en función de lo clara que ha sido la oportunidad de gol, la cercanía a la portería o la situación de los jugadores, entre otras variables. Así, por ejemplo, el Arsenal, club de la Premier league inglesa, ha instalado en su estadio cámaras que recogen más de 1,4 millones de datos por partido. Gracias a ellas analizan cómo actúan los jugadores cuando no poseen el balón, es decir, cómo se desmarcan, cómo obstaculizan el juego del contrario o cómo se redistribuyen en el campo tras pararse el juego.
FC Barcelona y el Big Data
En España, el FC Barcelona también ha sumado al Big Data a sus filas para analizar los patrones de juego de los equipos rivales o mejorar los movimientos de sus jugadores. Las cámaras, sensores y wereables son los encargados de recoger los datos infinitos que se generan en este deporte; desde los toques de balón a la colocación de los jugadores o incluso la exigencia que puede afrontar cada jugador sin sufrir lesiones. Un análisis que previene lesiones y permite a los clubs ahorrar grandes cantidades de dinero.
Estos son solo algunos ejemplos del papel tan relevante que juega la tecnología en el fútbol, un aspecto sobre el que hemos podido aprender en el evento Imperdible_02 de la Fundación Cotec, celebrado en el Estadio Vicente Calderón. En él, se ha abordado el Big Data sin olvidar que éste no es capaz de golpear el balón ante un penalti decisivo y, por tanto, no puede asegurar la primera posición en la clasificación de Liga. Lo que si que puede es ayudar a los entrenadores a que su equipo se mantenga en primera línea y obtenga el máximo rendimiento de cada jugador.
Esta combinación de tecnología y tiempo real no ha hecho más que empezar, pero está claro que ayuda a las federaciones, clubs profesionales y entrenadores a equivocarse menos y comienzan a verse los primeros atisbos de una nueva forma de consumir fútbol que sigue manteniendo viva la magia de este deporte.