Apple ha lanzado un catálogo de libros narrados por inteligencia artificial, en un movimiento que puede marcar el principio del fin de los narradores humanos.
La estrategia supone un intento de poner patas arriba el lucrativo mercado de los audiolibros, en rápido crecimiento, pero también promete intensificar el escrutinio sobre las acusaciones de comportamiento anticompetitivo de Apple.
La popularidad del mercado de audiolibros se ha disparado en los últimos años, y las empresas tecnológicas luchan por hacerse un hueco. El año pasado, las ventas aumentaron un 25%, con más de 1.500 millones de dólares. Los expertos del sector creen que el mercado mundial podría superar los 35.000 millones de dólares en 2030.
Apple tenía previsto lanzar el proyecto a mediados de noviembre, pero lo retrasó porque los despidos en Meta y el caos en torno a la adquisición de Twitter por Elon Musk ensombrecieron el sector tecnológico.
En la aplicación Libros de la compañía, la búsqueda de «narración con IA» revela el catálogo de obras incluidas en el plan, que se describen como «narradas por voz digital basada en un narrador humano». En los últimos meses, Apple se puso en contacto con editores independientes como posibles socios, incluidos algunos del mercado canadiense, pero no todos aceptaron participar.
Contacto con escritores
A los autores se les dijo que Apple -que en aquel momento no se mencionaba como la empresa que estaba detrás de la tecnología- correría con los gastos de producción y los escritores recibirían royalties por las ventas.
A los editores que participaron en el proyecto se les exigió que firmaran acuerdos de confidencialidad, algo habitual en el campo de la tecnología, pero que también refleja el famoso afán de secretismo de Apple. El desarrollo por parte de Apple de IA para narrar libros podría representar un cambio significativo en la forma en que las grandes empresas tecnológicas ven el futuro de los audiolibros.
Editores, autores y agentes literarios que hablaron con The Guardian dijeron que la estrategia, si tiene éxito, podría tener implicaciones significativas para el mercado. Otros, sin embargo, se mostraron escépticos.
«El narrador aporta toda una nueva gama de arte en la creación de audiolibros, y creemos que eso es algo poderoso. Crean algo que es diferente del libro impreso, pero que añade valor como forma de arte», afirma David Caron, coproductor de la mayor editorial de audiolibros de Canadá.»Cuando se cuenta con una escritura excelente y una narración de gran talento, se consigue algo especial. Merece la pena invertir en ello».
Antes del lanzamiento, una agente literaria canadiense declaró a The Guardian que no veía el valor ni desde el punto de vista literario ni desde la perspectiva del cliente.
«Las empresas ven el mercado de los audiolibros y que se puede ganar dinero. Quieren crear contenidos. Pero eso es todo. No es lo que los clientes quieren escuchar. La narración y la historia tienen mucho valor», afirma Carly Watters.
Aunque los actores de doblaje profesionales pueden reaccionar negativamente, cada vez se pide más a los autores que narren sus propios libros. Existe un incentivo económico para los escritores, tanto por los pagos iniciales como por la mayor disponibilidad de sus obras.